La mansión Montecasino, antigua vivienda de los hermanos Castaño que es administrada desde agosto de 2015 por el Fondo para la Reparación de la Unidad para las Víctimas, se convertirá en un laboratorio temporal de medicina forense para avanzar en la identificación de cuerpos de personas que sufrieron este hecho victimizante. Con la entrega de esta mansión en comodato al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, la Unidad para las Víctimas reducirá los costos de administración de este predio y podrá destinarlo a reparar a las víctimas reconocidas en las sentencias de la Ley de Justicia y Paz.
Con la decisión, Medicina Legal lo destinará para la identificación de cuerpos de personas dadas por desaparecidas en el conflicto armado. Se estima que en los 1.819 metros cuadrados de Montecasino el Instituto podrá revisar cerca de 1.200 cuerpos. Así, el país resignificará este espacio: si bien en le pasado fue un lugar donde se planearon los más horribles crímenes, ahora será uno de esperanza para las familias que aún esperan encontrar a sus seres queridos. Según el Registro Único de Víctimas (RUV), son 51.984 víctimas directas de desaparición forzada.
Este logro es el resultado del llamado incesante de las víctimas para que Medicina Legal avance en la identificación de los cuerpos que reposan en la sede de Medellín, así como de la unión de esfuerzos entre la Unidad para las Víctimas, la Mesa Departamental sobre Desaparición Forzada, Medicina Legal, la Alcaldía de Medellín, la Jurisdicción Especial para la Paz, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, y organismos de cooperación internacional, entre otras entidades del orden nacional y territorial.
Actualmente, la Mansión Montecasino está incluida en el plan de mantenimiento que adelanta la Unidad para las Víctimas a 260 bienes que requieren adecuaciones, algunos en estado avanzado de abandono. En ese sentido, está casa será ajustada a las necesidades que Medicina Legal solicite con esta nueva alianza para el buen funcionamiento de sus laboratorios. Así las cosas, se espera que allí se alberguen alrededor de 1.200 cuerpos de víctimas.
Montecasino, el nodo central del paramilitarismo y el narcotráfico
La mansión fue construida en los años sesenta y fue adquirida en los ochenta por Fidel Castaño, uno de los creadores de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), a William Halaby, empresario de los textiles y padre de William Halaby Uribe, uno de los miembros del Cartel de Medellín.
Por sus pisos y paredes pasaron Pablo Escobar y otros narcotraficantes, que convirtieron esta mansión en un centro de poder y control muy cerca de los límites de Medellín con Envigado. Desde aquí se planearon y celebraron torturas, asesinatos, masacres y atentados en la época más violenta del narcotráfico. Prueba de ello fue la aparición de los “Pepes” acrónimo para “Perseguidos por Pablo Escobar”, grupo liderado por los Castaño.
Según versiones de exparamilitares, otros de los hechos presuntamente planeados al interior de esta mansión y que conmocionaron al país fueron: la masacre de Mapiripán en el Meta, los asesinatos de Luis Carlos Galán, Carlos Pizarro, Bernardo Jaramillo y militantes de la Unión Patriótica, la bomba en el avión de Avianca y más de 7.000 asesinatos.
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Dejando atrás el pasado oscuro que guardan sus paredes, los 1.819 metros cuadrados de Montecasino servirán para que familiares de víctimas directas de desaparición forzada de Antioquia, el magdalena medio caldense, Urabá y otras regiones del noroccidente del país puedan encontrar parte de las respuestas que llevan años buscando a sus seres queridos.
Con esta acción, la Unidad para las Víctimas sigue trabajando por acompañar a las víctimas en sus procesos de exigibilidad de derechos la implementación de las estrategias de reparación integral, que incluyen las cinco medidas (indemnización, satisfacción, garantías de no repetición, restitución y rehabilitación), para que aporten en los proyectos de vida de las y los sobrevivientes del conflicto armado.