Niñas, niños y adolescentes de Buenaventura, Valle del Cauca, provenientes de regiones como Bajo Calima, Bajo San Juan, la Comuna 12 y las fundaciones Emnaluz y Renacer hicieron parte de la jornada de conmemoración del Día de las Manos Rojas, en el que se hace un llamado contra el reclutamiento y uso de menores de edad en la guerra.
En este espacio se escucharon voces como la de Ailyne Dayana, de ocho años de edad, quien al reflexionar sobre qué son los derechos y cuáles conoce, precisó que “los niños tenemos derecho a no sentir miedo, a vivir tranquilos sin que gente peligrosa nos lleve y nos ponga a trabajar”.
Rosiris del Socorro Angulo, directora territorial de la Unidad para las Víctimas en el Valle del Cauca, precisó que “esta conmemoración significa que la sociedad, la familia y el Estado se comprometen a la prevención para que los niños y las niñas no hagan parte del conflicto armado”.
“En este espacio, que realizamos con el importante apoyo de la OIM, trabajamos en una estrategia de prevención con ellos y para ellos, vinculando a sus padres y cuidadores. Con las manos rojas decimos nunca más, niños, niñas y adolescentes en la guerra”, añadió la funcionaria.
Mairen Rentería, de la fundación social y comunitaria Emnaluz, aseveró que conmemoraciones como esta permiten que menores y sus padres saquen un espacio para reflexionar sobre los derechos y la importancia de la prevención, “teniendo en cuenta que Buenaventura ha sido un territorio permeado por la violencia y nos hemos encontrado que muchos chicos están replicando esas formas de conflicto. Así que es muy valioso que ellos puedan saber que son sujetos de derechos”.
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Según el Registro Único de Víctimas, los departamentos en los que más se ha presentado el reclutamiento son Antioquia, Cauca, Meta, Caquetá y Nariño, con más de 9.700 niñas, niños y adolescentes que han sido incluidos como víctimas por este hecho.
En la Unidad para las Víctimas “Cambiamos para servir” con el objetivo de seguir trabajando en acciones de cara a la implementación de una política que contribuya a la superación de los rezagos, brinde una reparación transformadora y le permita a quienes han padecido el conflicto armado acceder efectivamente a sus derechos.