El pasado domingo, 18 de febrero, la Unidad para las Víctimas acompañó a la comunidad de El Salado, un corregimiento perteneciente al municipio de Carmen de Bolívar, Bolívar, en la conmemoración de los 24 años de la masacre ocurrida en esta población.
Los hechos ocurrieron entre el 16 y el 21 de febrero del año 2000, cuando 450 paramilitares ingresaron a El Salado sembrando el terror en la población, torturando y asesinando a 67 personas en la cancha de microfútbol donde fueron reunidos todos los habitantes y obligados a presenciar la barbarie mientras sonaban gaitas y tambores.
Precisamente en este espacio se reunió la comunidad para encender una vela como ejercicio de sanación, para rendir un homenaje a las víctimas y dejar claro que su permanencia en el territorio es la mayor muestra de resiliencia y resistencia.
En esta ocasión, los lideres y lideresas de la región, sobrevivientes organizaron una conmemoración sencilla, pero muy sentida, para recordar y dignificar a sus seres queridos víctimas de la violencia y para recordar que esta población está viva a pesar de las adversidades.
Precisamente fueron las y los sobrevivientes quienes reclamaron por la falta de presencia estatal en el corregimiento, no solo durante la masacre, sino durante el retorno organizado un año después de ocurridos los hechos. Al tiempo, se destacó la inocencia de las víctimas, quienes siendo campesinos de la región fueron acusados de ser guerrilleros por los integrantes de las Autodefensas Unidas de Colombi (AUC) que perpetraron la masacre.
La comunidad de El Salado trabaja de la mano con la Unidad para las Víctimas en la implementación de un Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC) que avanza con el objetivo de reivindicar los derechos de esta comunidad en cuanto a verdad, justicia y, especialmente, garantías de no repetición.
“Reconocemos la fortaleza y la resistencia de esta población que ha luchado por sus derechos y por su territorio. Desde la Unidad para las Víctimas atendemos el llamado de la comunidad a hacer una implementación integral y transformadora con enfoque de soluciones duraderas para avanzar en el Plan Integral de Reparación Colectiva. Nuestra intención es avanzar en todo el trabajo con toda la comunidad de la mano de otras instituciones. Debemos avanzar y por ello convocamos a las entidades territoriales para este cumplimiento”, aseguró Marta Salazar, directora de la territorial Bolívar de la Unidad para las Víctimas.
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De esta forma, la Unidad para las Víctimas seguirá trabajando de la mano de la comunidad para implementar el PIRC en su totalidad y de esta manera resaltar el poder transformador de quienes sufrieron el conflicto armado en carne propia, pero que cada día dan muestras de su fortaleza y resiliencia para seguir habitando sus territorios.
Resaltar el poder transformador de las víctimas del conflicto armado es una de las apuestas más importantes de la Unidad para las Víctimas. Seguimos trabajando para dignificarlas y reconocer su capacidad de cambiar las condiciones de vida de sus familias, comunidades y territorios; son las víctimas del conflicto armado quienes hoy deben tener la palabra, pues son quienes han dado segundas oportunidades y son el referente ético y moral para guiar al país hacia la Paz Total.