Víctimas de la masacre La Chinita se han convertido en agentes de cambio con voz propia

A lo largo de tres décadas, las víctimas de esta masacre en Apartadó han emergido como poderosos agentes de cambio, tejiendo un relato de esperanza y transformación que va más allá de la memoria dolorosa de aquel fatídico día.

En la Iglesia Santo Eccehomo ubicada en el barrio Obrero se realizaron los actos litúrgicos y conmemorativos de la masacre de La Chinita, ocurrida el 23 de enero de 1994 en Apartadó, Antioquia. El espacio de remembranza contó con la presencia de 90 personas aproximadamente que honraron la memoria de las 35 víctimas mortales que dejó el crimen masivo perpetrado por la extinta guerrilla de las FARC. La conmemoración fue, también, un reconocimiento colectivo a las familias que durante 30 años han incidido públicamente para construir paz en su comunidad.

Durante el acto, el llamado constante de las víctimas y de la ciudadanía en general fue exaltar el valor de contar la verdad de lo ocurrido. Manifestaron que reconocer las motivaciones que llevaron al atroz desenlace aporta a la sanación de todo un barrio y se constituye como un elemento indispensable para la reconciliación y la no repetición de la violencia del conflicto armado.

Hace alrededor de 11 años, el barrio La Chinita (hoy llamado barrio Obrero), fue reconocido por la Unidad para las Víctimas como Sujeto de Reparación Colectiva. Así, sus integrantes construyeron un plan con acciones enfocadas en lograr la reparación integral. Desde entonces, ellos no han parado de trabajar por su comunidad. Entre sus logros destaca la vinculación de jóvenes al proceso colectivo por medio de la entrega de dotaciones deportivas.

La adecuación de la casa comunal, la reconstrucción del Parque Sendero de la Reparación, la entrega de la ferretería, la recuperación del tejido social, la inclusión del hecho en el caso 04 ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), y la inclusión en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, dan cuenta de los pasos de gigante que han dado.

Con un liderazgo que no vacila amplificaron su voz con tal fuerza que hizo el eco suficiente para ser escuchada en los diálogos de paz que adelantó el Estado en La Habana (Cuba), para alcanzar el Acuerdo de Paz con la extinta guerrilla de las FARC.

La conmemoración empezó a las 5:00 de la tarde con la proyección de documentales sobre la reconstrucción de la memoria del barrio La Chinita, y la exposición de todos los logros alcanzados por el Sujeto de Reparación Colectiva. Las familias presentes concluyeron la conmemoración con la siembra de un árbol, el levantamiento de una cruz con la fecha de la masacre junto a la iglesia Santo Eccehomo en honor a las víctimas, y con la reafirmación del compromiso de seguir trabajando en el cumplimiento del Plan Integral de Reparación Colectiva.

Durante el evento, Silvia Berrocal, una de las voceras de las familias, expresó su gratitud por exaltar el aporte de la Chinita en la transformación social de aquellos que fueron afectados directa e indirectamente por estos hechos. Además, reafirmó el compromiso de continuar contribuyendo a la paz a través del perdón y la reconciliación, así como jalonando los proyectos que se vienen gestionando a través del proceso de reparación colectiva.

“Agradecemos también, entre los aspectos resaltados, lo ocurrido en La Habana. Para nosotros, es fundamental que estos avances se materialicen, y confiamos en que, bajo el gobierno del cambio, este proceso se llevará a cabo. Estamos agradecidos y plenamente de acuerdo con las palabras de apoyo recibidas tanto de la ciudadanía como de estas personas que nos han apoyado y nos respaldan”, subrayó Silvia.

Por su parte, Larry Mosquera Mosquera, quien perdió a su padre, al reflexionar sobre los años transcurridos, nos comparte una profunda verdad tejida con resiliencia y consciencia “ a 30 años de la masacre La Chinta y de la perdida de nuestros seres queridos, nos hemos revestido de la conciencia suficiente  para comprender cómo hemos sido víctimas de los designios  políticos,  de los grupos armados ilegales  y de los intereses corporativos para llegar a sus fines económicos. A 30 años, seguimos sintiendo el barrio Obrero como un lugar donde se necesitan la concentración de los esfuerzos y el acompañamiento de más voces de acción para seguir reparando integralmente los daños dejados por estos hechos lamentables y dolorosos, nos unimos en acción en exigencia de derechos y bienestar social comunitario”.

Álvaro Villarraga Sarmiento es politólogo y ha acompañado el proceso de los sobrevivientes de la masacre. Durante el acto, envió un mensaje en el cual aplaudió la resistencia de las familias durante estas tres décadas. “Son 30 años que se rememora, que se conmemora, la ocurrencia de la masacre La Chinita, pero han sido otras más masacres, otras violaciones de los Derechos Humanos. No vamos a hablar de lo triste, vamos a hablar en positivo, de ese progresivo empoderamiento, donde las víctimas ya no quedaron en olvido, sino que se han convertido en sujetos políticos con voz propia, han hecho escuchar su voz, sus derechos y sus reclamos”, afirmó Villarraga.

A los mensajes de reconocimiento, también se sumó el exdiputado a la Asamblea de Antioquia por el movimiento Esperanza Paz y Libertad, Mario Agudelo: “Quiero hacer un reconocimiento muy especial a la comunidad de este barrio, reconocimiento porque han tenido la capacidad de resurgir de las cenizas, de florecer en medio del desierto, porque gracias a su tenacidad a su trabajo, al liderazgo de su gente han logrado ser reconocidas como víctimas del conflicto armado en Colombia como Sujetos de Reparación Colectiva”.

De igual manera agregó que, “gracias a ellos, a esa tenacidad, hoy La Chinita, es conocido en Colombia y el mundo, no solamente por el hecho terrorífico de la masacre sino por la actitud de estas personas que han logrado amansar en medio de la dificultad, que han seguido construyendo tejido social y aportándole a la construcción de una Colombia mejor”.