Durante meses, la Unidad para las Víctimas ha sostenido un diálogo amplio con las familias del pueblo Emberá para hacerle frente a las consecuencias del desplazamiento que aquejan al pueblo ancestral. El retorno voluntario de familias asentadas en Bogotá, en condiciones de dignidad y seguridad, es uno de esos caminos que estaba estimado para el 29 de julio.
De igual manera, ha coordinado con entidades del Gobierno nacional, distrital y de los entes territoriales de los municipios de Bagadó, Chocó, toda vez que comparten la responsabilidad de, juntos, como aparato estatal, construir oferta social en los territorios que aporte a que el retorno sea sostenible en el tiempo y no revictimice a quienes ya han sufrido los embates del conflicto armado.
El viernes 26 de julio, la Unidad para las Víctimas viajó al municipio de Pueblo Rico, en Risaralda, para avanzar en el plan del retorno sostenible. Junto con los líderes Emberá del Parque Nacional y del Alto Andágueda, y las demás entidades que participaron, se decidió generar un nuevo escenario que permita desarrollar los compromisos adquiridos con las familias.
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Faltan precisiones de algunas entidades sobre sus responsabilidades que resultan cruciales para habitar en dignidad los territorios. Ante el nuevo escenario, la Unidad para las Víctimas reafirma su compromiso con el pueblo Emberá y continuará acompañando a las víctimas asentadas, mientras que a la par coordina con sus líderes y con las entidades espacios de diálogo y concertación que den como resultado en las próximas semanas el cumplimiento de los compromisos que adquirieron y, por ende, una pronta fecha de retorno al Alto Andágueda.