Cuando hablamos de las diferentes afectaciones a niños, niñas y adolescentes en el marco del conflicto armado en Colombia, se suele limitar la discusión al reclutamiento por parte de los actores armados. Pero dichas afectaciones van más allá, comprenden muchos hechos victimizantes. Se puede decir que los niños y las niñas han sido víctimas de manera directa o indirecta de todas las afectaciones que se dan en el conflicto armado como el secuestro, la vulneración a los entornos escolares, la violencia sexual, los falsos positivos y el desplazamiento forzado, entre otros.
Más 3.707.111 víctimas incluidas en el Registro Único de Víctimas (RUV) de la Unidad para las Víctimas, sufrieron un hecho victimizante siendo niñas y niños entre 0 y 17 años. Por eso, la construcción de políticas de paz y justicia social deben tener un énfasis en la niñez.
Para intentar armar el cubo, charlamos con la coordinadora de la Secretaría Técnica de la Coalición contra la Vinculación de Niños, Niñas y Jóvenes al Conflicto Armado en Colombia (COALICO), Hilda Molano, y también con Esperanza, sobreviviente de reclutamiento y quien hoy es lideresa por los derechos de los y las niñas vinculadas en el conflicto armado.
Este episodio lanzado en conmemoración de la Declaración Universal de los Derechos del Niño, revela la urgente necesidad de enfocarse en la niñez y su papel en la construcción de paz, pues la paz será con los niños y niñas o no será.
Les damos la bienvenida a El Rubik: historias y contextos del conflicto armado.
En la Unidad para las Víctimas “Cambiamos para servir” con el objetivo de seguir trabajando en acciones de cara a la implementación de una política que contribuya a la superación de los rezagos, brinde una reparación transformadora y le permita a quienes han padecido el conflicto armado acceder efectivamente a sus derechos.