El municipio de Cubará, Boyacá, cuenta con una población de 10.964 personas. De ese total, 1.221 han sido víctimas del conflicto armado; es decir, el 11,1% del total de la población. Tal como pasa en muchas áreas rurales en Colombia, Cubará ha experimentado la presencia de grupos armados ilegales, generando temor y angustia entre su población, que además sufrió hechos victimizantes como desplazamientos forzados y confinamientos.
Es así como la Unidad para las Víctimas acompaña un plan de retorno, reubicación e integración local para las y los habitantes del barrio Villa Esperanza, que hacen parte del único municipio de Boyacá que limita con Venezuela.
A partir de un encuentro en el territorio y la implementación de una herramienta metodológica con un enfoque participativo y comunitario, la Unidad para las Víctimas junto a la Asociación de Víctimas del Barrio Villa Esperanza (Asodebac)y algunos habitantes del municipio avanzaron en la caracterización, para garantizar el acceso en temas como salud, vivienda, atención psicosocial, alimentación, vivienda, reunificación familiar, emprendimientos, entre otros.
Durante la jornada, liderada por la Dirección Territorial Central de la Unidad para las Víctimas, se lograron acuerdos y compromisos importantes que beneficiarán el tejido social de este territorio.
En el encuentro, la Asociación de Víctimas del Barrio Villa Esperanza ratificó la voluntad de subsanar la deuda fiscal que impide el desenglobe del predio donde habitan, a partir de la propuesta de venta de un lindero de este lote. Para avanzar en este propósito, será convocada una asamblea para socializar esta propuesta y tomar una decisión de manera colectiva.
La Alcaldía de Cubará asumió el compromiso de sugerirle al gobierno municipal entrante, durante el proceso de empalme, la incorporación de algún tipo de alivio fiscal para las áreas comunes que sean cedidas por privados en el Estatuto Tributario.
De igual manera, mediante un ejercicio de cartografía social se destacó el proceso de ampliación de cobertura del alumbrado público en el territorio y fue aprobado el concepto de seguridad en el Comité Territorial de Justicia Transicional
Fue un espacio fundamental de trabajo conjunto, que destacó así una de las participantes: “Estos espacios son muy necesarios porque son para aprender. Uno aprende y así enterarse de muchas cosas que no sabe. Nos enriquecen como personas. Quiero que mi comunidad sea integrada, que trabajemos de la mano para tener una vida bonita y feliz con este plan de retorno y reubicación”.
Resaltar el poder transformador de las víctimas del conflicto armado es una de las apuestas más importantes de la Unidad para las Víctimas. Seguimos trabajando para dignificarlas y reconocer su capacidad de cambiar las condiciones de vida de sus familias, comunidades y territorios; son las víctimas del conflicto armado quienes hoy deben tener la palabra, pues son quienes han dado segundas oportunidades y son el referente ético y moral para guiar al país hacia la Paz Total.