“Traemos una generación detrás y esa generación debe saber que la vida, a veces, es difícil, pero no por eso insuperable. Los invito de todo corazón a que esa memoria histórica la honremos y que esa placa nos recuerde a esos seres queridos que están en nuestro corazón. Que cada obra buena que ellos hicieron la repliquemos para ser mejores personas”, fueron las palabras de Esperanza Villamil durante el descubrimiento de la placa conmemorativa por la memoria de las víctimas del conflicto armado en la inspección de San Gabriel y sus 23 veredas de Viotá, Cundinamarca.
Desde hace varios años la comunidad esperaba en su territorio esta placa, ubicada en el parque principal, con la que se busca mantener viva la memoria histórica del conflicto armado, para recordarles a las generaciones presentes y futuras sobre los eventos trágicos y fomentar reflexiones sobre la importancia de la paz, la tolerancia y la resolución pacífica de los conflictos para evitar que tragedias similares se repitan.
Fue así como mujeres de la Asociación de Víctimas del Conflicto Armado (Asovica) lideraron esta acción para hacer memoria sobre la historia de violencia, pero también para exaltar el poder transformador que habita en cada una de las y los pobladores del territorio.
Al ritmo de diferentes géneros musicales, que son parte integral de la identidad cultural de la región, las mujeres de Asovica realizaron dos presentaciones artísticas con trajes y elementos tradiciones que reflejan la historia, las tradiciones y la identidad de su gente.
Este acto conmemorativo estuvo acompañado por delegados de la Unidad para las Víctimas, el Centro Nacional de Memoria Histórica, la Defensoría del Pueblo y la alcaldía municipal, con el objetivo avanzar en acciones que beneficien de manera directa al territorio.
En representación del Centro Nacional de Memoria Histórica, Pablo Cala, dijo que esta estrategia es mucho más amplia para Cundinamarca, porque busca revivir la memoria histórica del conflicto armado y de los procesos de resistencia, de lucha, de las organizaciones. Reivindicando esos cambios y transformaciones.
Por su parte, el director territorial central de la Unidad para las Víctimas, Guido Bonilla, expresó: “Estamos acá para expresar la importancia de la reparación colectiva, porque beneficia a la comunidad entera. Debemos entablar lazos vinculantes de paz y amor entre todas las veredas porque es la oportunidad de transformar el dolor en oportunidades. Estamos cambiando la matriz de intervención y queremos dejar más poderosas a las comunidades en el territorio”.
Las y los firmantes de la paz que habitan este territorio también acompañaron esta acción simbólica, es así como la integrante de la Mesa Municipal Efectiva de Víctimas de San Gabriel, Hilda Gómez Alfonso, afirmó: “Ahora estamos más tranquilos. Esperamos que no vuelva la época de la violencia. Hemos entendido que los firmantes también son humanos y no se mandaban solos. Por el bienestar de todo debemos aprender a convivir en paz”.
San Gabriel, territorio que avanza hacia la reparación colectiva
En Cundinamarca están registradas 189.735 víctimas del conflicto armado, de este universo, 5.834 personas pertenecen al municipio de Viotá.
La comunidad de la Inspección de San Gabriel fue reconocida como Sujeto de Reparación Colectiva (SRC) en febrero de 2018. Durante este año, la Unidad para las Víctimas junto a la comunidad ha avanzado en la fase de alistamiento comunitario e institucional. La siguiente semana iniciará la fase de diagnóstico del daño para recopilar las afectaciones, afrontamientos y resistencias. Y así, avanzar en la formulación de las acciones que permitirán una reparación integral de las personas del territorio.
Cabe anotar que, por primera vez, la comunidad de San Gabriel contará con un representante en la mesa municipal de participación efectiva de víctimas, permitiendo una incidencia en el plan de desarrollo y el plan de acción territorial para el beneficio de la comunidad sobreviviente del conflicto armado.
Resaltar el poder transformador de las víctimas del conflicto armado es una de las apuestas más importantes de la Unidad para las Víctimas. Seguimos trabajando para dignificarlas y reconocer su capacidad de cambiar las condiciones de vida de sus familias, comunidades y territorios; son las víctimas del conflicto armado quienes hoy deben tener la palabra, pues son quienes han dado segundas oportunidades y son el referente ético y moral para guiar al país hacia la Paz Total.