Las acciones adelantadas por la Unidad para las Víctimas con las comunidades afrodescendientes no solo aseguran la preservación y el arraigo de las costumbres y formas de relacionamiento, sino que también fortalecen el tejido social y cultural de estas comunidades asentadas en Acandí, Riosucio, Carmen del Darién y Unguía en Chocó, las cuales han venido forjando con un impulso sustancial, la restauración y el restablecimiento de su territorio.
Mediante la entrega de dotaciones e insumos agropecuarios, así como al fortalecimiento de la incidencia y liderazgo de los Consejos Comunitarios como eslabón representativo, se han evidenciado los esfuerzos, que se materializan en acciones alineadas con la normativa del decreto Ley Étnico 4635 de 2011, la cual regula la reparación y el fortalecimiento comunitario para comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras.
La ruta trazada ha estado marcada por espacios de concertación y socialización, propiciando el avance continuo en los planes y programas establecidos. Desde las jornadas de caracterización del daño en el Consejo de Comunidades Negras de la Cuenca Del Rio Tolo Y Zona Costera Sur hasta la implementación de medidas específicas en el Consejo Comunitario, Comunidades Negras de la Cuenca del río Acandí Seco, han logrado un impacto tangible en el reconocimiento del territorio asociado a la productividad.
En este contexto, se destaca la implementación de una medida de los Planes Específicos, que han proporcionado herramientas e insumos agropecuarios para el cultivo de yuca y plátano en 10 unidades productivas familiares con recursos que ascienden a los 65 millones de pesos. Estas medidas no solo impulsan la sostenibilidad económica, sino que también consolidan el arraigo territorial de estas comunidades en Acandí.
De igual manera, desde la Subdirección de Prevención y Atención a Emergencias (SPAE) en cuanto a la Implementación de sus planes, programas y proyectos de infraestructura social y comunitaria, se invirtieron alrededor de 275 millones de pesos ($275.549.790), representados en dotaciones y mobiliario a instituciones educativas, garantizando entornos académicos dignos y seguros de las comunidades afro en San Francisco, Chugandí, Sapzurro y Capurganá de Acandí, Chocó,
Así mismo, la entrega de dotaciones y materiales de construcción en el colectivo Cacarica, en Riosucio, dan continuidad a los proyectos trazados por estas comunidades, como muestra de la persistencia y la integración comunitaria en el restablecimiento de sus derechos y el esfuerzo conjunto para que los hechos de violencia que tanto afectaron sus formas de vida, no se repitan.
La respuesta de la Unidad a las solicitudes de las comunidades no se limita a recursos materiales, sino que también se traduce en un enfoque integral para el fortalecimiento de capacidades de liderazgo. Las capacitaciones en Derechos Humanos, justicia transicional, mediación y resolución de conflictos han sido pilares fundamentales que han influido de manera decisiva en la construcción de una cultura de paz territorial, no solo como aspiración, sino como un derecho inalienable.
Estos avances demuestran el compromiso sostenido con la equidad y el bienestar de las comunidades afro en Urabá Darién, destacando la importancia de abordar la reparación colectiva y programa de la entidad, desde un enfoque humano y territorial, enriqueciendo así la diversidad cultural y social como pilares en la cultura de la paz en la subregión.
En la Unidad para las Víctimas “Cambiamos para servir” con el objetivo de seguir trabajando en acciones de cara a la implementación de una política que contribuya a la superación de los rezagos, brinde una reparación transformadora y le permita a quienes han padecido el conflicto armado acceder efectivamente a sus derechos.