Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas

Gobierno colombiano inicia camino hacia la reparación integral con el pueblo Nukak

El 30 de noviembre iniciará este primer acercamiento que se hará teniendo en cuenta los contenidos de la política de atención y reparación a las víctimas, las recomendaciones consignadas en el Capítulo Étnico del Acuerdo de Paz y las órdenes proferidas por la Corte Constitucional y los jueces de restitución.

Asamblea Nukak en Guaviare.

La Unidad para las Víctimas, como entidad responsable de garantizar la atención y reparación integral al Pueblo Norkak, inicia este 30 de noviembre una jornada de trabajo de cuatro días en una zona rural del Guaviare.

La entidad está comprometida con los Norkak, un pueblo originario que ha habitado y conservado por siglos los bosques de la alta Amazonía y que se encuentra en situación de contacto inicial con la sociedad mayoritaria y en situación de desplazamiento. Por ello, se propone promover un diálogo profundo entre las autoridades y comunidades del pueblo Norkak y las instituciones del Gobierno nacional.

Los Norkak, el último pueblo nómada del continente americano, están en riesgo de extinción física y cultural y las medidas de reparación integral como víctimas de la violencia se orientan a resarcir los derechos vulnerados y encontrar alternativas para su reparación, que sean acordes a sus tradiciones culturales y a su carácter de pueblo.

El encuentro toma en cuenta los contenidos de la política de atención y reparación a las víctimas, las recomendaciones consignadas en el Capítulo Étnico del Acuerdo de Paz y las órdenes proferidas por la Corte Constitucional y los jueces de restitución.

En ese sentido, para el desarrollo del encuentro se proponen metodologías de trabajo bajo criterios de respeto y reconocimiento a la identidad y la diversidad cultural de los Norkak, se habilitan espacios de diálogo autónomos, bajo sus propios usos y costumbres. En el marco de esta jornada, se desarrollarán diálogos alrededor de:

1. Medidas de atención urgente enfocadas a ofrecer respuestas concretas frente a la crisis humanitaria que viven los Norkak en cuanto a salud, saneamiento básico, agua potable, seguridad alimentaria y consumo de sustancias psicoactivas principalmente.

2. Reflexión acerca de las relaciones de convivencia entre los Norkak y comunidades campesinas asentadas en las zonas de borde o en inmediaciones del territorio de los Norkak, las cuales tienen como antecedente, el acuerdo que fue promovido por la Comisión de la Verdad, con el propósito de reducir las tensiones existentes entre estos dos grupos poblacionales afectados por el conflicto armado y con altos índices de vulnerabilidad y facilitar la convivencia entre ambos. 

3. Diálogos y escucha sobre posibles procesos de retorno o reubicación: Los Norkak han sido despojados de su territorio ancestral por actores ilegales en diferentes momentos, y ante la vulnerabilidad a la que viven expuestos, vienen manifestando su interés por retornar a sus lugares de origen, de acuerdo con su forma de organización socio política y su distribución territorial. En esa línea, en cumplimiento de su mandato misional, la Unidad para las Víctimas se propone acompañar a los Norkak, junto a las demás instituciones de gobierno, en esta intención de retornar y bajo los principios centrales consignados en la ley en materia de seguridad, dignidad y voluntariedad.

Problemáticas sentidas

Los Norkak son un pueblo en contacto inicial cuyo territorio ancestral se ubica en el actual departamento del Guaviare, al oriente del país. El contacto entre el pueblo Norkak y la sociedad occidental data, oficialmente, de 1988, cuando un grupo de personas Norkak apareció en Calamar, Guaviare. A partir de allí se contagiaron del virus de la gripa que, desde entonces y durante la década de los años 90, ocasionó la muerte de alrededor del 40% de las personas y actualmente se constituye en uno de los principales problemas de salud pública de este pueblo. 

Desde que inició el contacto con la sociedad mayoritaria, la población Norkak ha tenido infinidad de dificultades que son también las principales amenazas de su desaparición física y cultural.

Actualmente, persiste una situación de crisis humanitaria a causa del desplazamiento forzado, el confinamiento territorial, las múltiples enfermedades causadas por la alta vulnerabilidad de estos pueblos y malas condiciones de hábitat y la pérdida de su cultura donde el despojo de su territorio juega un papel fundamental. De igual manera, la violencia sexual contra las mujeres de este pueblo, el consumo de sustancias psicoactivas, el racismo estructural y la explotación comercial no controlada de sus objetos de artesanía, contribuyen a una situación de extrema gravedad que tiene sometido a este pueblo.

A esto, se suma la desenfrenada deforestación de la selva, la ganadería extensiva, la ampliación de la frontera de colonización, la explotación ilegal de minerales; el cultivo, procesamiento y tráfico de cocaína, así como el de armas y gasolina, el desplazamiento forzado a causa del conflicto armado y factores subyacentes y vinculados; el reclutamiento forzado, el asesinato, las amenazas, las intimidaciones, entre otras formas de maltrato, de abuso, explotación, que han sido prácticas sistemáticas que ha afectado a los Norkak y a su territorio desde los primeros años del contacto.

La Unidad para las Víctimas hace un llamado al conjunto de las entidades de gobierno nacional y territorial, a las comunidades campesinas, a los medios de comunicación, a los pueblos indígenas y en su conjunto a la sociedad en general, a rodear a los Norkak con el propósito de retomar su camino hacia la reparación integral en su particular forma de ver y vivir en el mundo. Esto como una estrategia que permita, de manera articulada y sostenible, que el último pueblo nómada del continente americano cuente con la posibilidad de ser reparado y en un sentido más amplio, en su calidad de sujeto de derechos, gane en autonomía y gobernanza como pueblo.

En la Unidad para las Víctimas “Cambiamos para servir” con el objetivo de seguir trabajando en acciones de cara a la implementación de una política que contribuya a la superación de los rezagos, brinde una reparación transformadora y le permita a quienes han padecido el conflicto armado acceder efectivamente a sus derechos.