Este sábado más de 600 niños, niñas y jóvenes artistas de diferentes regiones del país se reunieron en Barranquilla para participar en el ArteFest 2025, un festival convocado por la Unidad para las Víctimas y la Asociación para el Desarrollo Social Villas de San Pablo (Asodesvisa) con el propósito de generar espacios de integración social de jóvenes víctimas del conflicto armado.
Además, en el marco de la agenda territorial en el Atlántico que adelanta el director general, Adith Rafael Romero, se reinauguró el Punto de Atención a Víctimas de Malambo, que brindará servicios institucionales al alcance de las 13.469 víctimas de este municipio.
El ArteFest tuvo lugar en el sector de Villas de San Pablo, donde habita el 40% de las 76.447 víctimas del conflicto que hay en Barranquilla. A este significativo lugar asistió el director general de la entidad, Adith Rafael Romero, quien invitó públicamente a las entidades locales, regionales y nacionales a trabajar articuladamente por la dignificación y reparación integral de las 185.371 víctimas que habitan en el Atlántico.
“Villas de San Pablo fue territorio de guerra y hoy se transforma en un territorio cultural. Estamos aquí para acompañar a nuestras juventudes y garantizar que hechos tan dolorosos no vuelvan a repetirse. Hago un llamado claro y fraterno a los entes territoriales: en Colombia no hay víctimas de derecha ni de izquierda; no hay víctimas de primera ni de segunda. En nuestro país hay casi 10 millones de víctimas, de las cuales cerca de 2,2 millones son jóvenes”, afirmó el director general.
En esa línea, Romero destacó que el Gobierno del presidente Gustavo Petro ha demostrado voluntad política para reparar integralmente a las 9,9 millones de víctimas que hay en el país. “Este es el gobierno que más ha indemnizado víctimas desde que se expidió la Ley 1448 en el año 2011. Y esa misma voluntad la compartimos desde esta nueva Dirección General de la Unidad para las Víctimas: desde el primer día nos hemos dedicado a salir del escritorio y llegar al territorio”, apuntó.
En este escenario se abrió un espacio de diálogo directo con el director general denominado “Las y los jóvenes víctimas hablan y el Estado escucha y responde”. La primera inquietud fue sobre las acciones de la entidad en la atención a esta población víctima del conflicto.
“Le apostamos a proyectos que le aportan a los jóvenes víctimas del conflicto desde varios frentes: el Gobierno ha sido claro en su intención de sacar a los jóvenes del conflicto armado; le ha apostado fuertemente a la educación: ampliación de cobertura, gratuidad y calidad; en materia de rehabilitación psicosocial, tenemos líneas dirigidas especialmente a niñas, niños y adolescentes”, respondió Romero.
Además, el director general destacó que en la Dirección Territorial Atlántico ha realizado proyectos con jóvenes víctimas del departamento como PaZate y Tejiéndonos, que fortalecieron la integración comunitaria y atención integral de diferentes entidades. Y resaltó que han entregado uniformes deportivos, se ha hecho dotación de parques infantiles así como dotación mobiliaria y tecnológica de centros comunitarios.
En la tarde, Romero lideró la reapertura del Punto de Atención a Víctimas de Malambo, un espacio que permitirá atender a las víctimas de manera más digna, gracias a la articulación entre la entidad, la Alcaldía de Malambo, la Mesa Municipal de Víctimas de Malambo y el SENA. Durante la reapertura se homenajeó la memoria de Bernardo Cuero Bravo, un líder social fallecido hace 8 años, que es reconocido por su incansable defensa de los derechos de las víctimas de Malambo.
“Abrir este Punto de Atención significa dignificación y esperanza para las víctimas del municipio. Ahora tenemos una Unidad más humana que se mueve a los territorios y mira las necesidades de las víctimas y está presta para servirles”, afirmó María Ascencio, coordinadora de la Mesa Municipal de Víctimas de Malambo.
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Luego de liderar estas actividades, Romero invitó a las mesas municipales y a la Mesa Departamental de Víctimas a articularse para avanzar en la entrega de las cartas de indemnización a los adultos mayores víctimas del conflicto de Malambo y Barranquilla como medida de dignificación y reparación tras los hechos victimizantes que sufrieron.
