La Organización de las Naciones Unidas (ONU) viene estructurando desde 2010 el concepto de “soluciones duraderas” para las personas que han sido víctimas de desplazamiento forzado interno. En el caso de Colombia, el desplazamiento es el hecho victimizante que tiene mayor porcentaje de personas inscritas en el Registro Único de Víctimas (RUV): de 9.572.044 víctimas del conflicto armado, 8.530.870 sufrieron desplazamiento forzado. De ahí la trascendencia de aterrizar la estrategia de Naciones Unidas a las realidades del país, de los territorios más golpeados por el conflicto y, en especial, en los que aún persiste la violencia.
La estrategia de soluciones duraderas se basa en una serie de principios y recomendaciones que explica la coordinadora Residente de Naciones Unidas en Colombia, Mireia Villar Forner, en el octavo capítulo de ‘Víctimas en la Agenda’, un programa de entrevistas de la Unidad para las Víctimas en el que conversamos con funcionarios, académicos y expertos sobre temas de interés para las víctimas del conflicto armado.
En este episodio, Villar aclara que entre los principios está el acceso a esas soluciones a través de los retornos, reubicaciones y la necesidad de evitar que el desplazamiento se perpetúe o prolongue demasiado. Colombia ha sido uno de los países más activos en la agenda de soluciones duraderas, teniendo en cuenta que, si bien se han dado avances en la atención y reparación a las víctimas del desplazamiento, todo ha sido inmediato y desde el asistencialismo, pero de acuerdo con la coordinadora Residente de la ONU en Colombia, “no hemos sido tan eficaces para darles soluciones de larga data a su circunstancia de desplazamiento”.
Para pasar del establecimiento del concepto a su materialización, la ONU identificó 15 países con los que trabaja de forma directa para ayudar a los esfuerzos estatales. Colombia no solo es uno de los países más activos, sino que está priorizado en esa lista, debido a la voluntad política que han encontrado en el Gobierno del Cambio.
“Valoramos el compromiso que este Gobierno ha adquirido, a través del Plan Nacional de Desarrollo, explícitamente de ayudar a sobrellevar la vulnerabilidad de 2 millones de víctimas de desplazamiento. Una voluntad de ese tipo es algo que nos ayuda en esa agenda global y pone de exposición una serie de mecanismos desde el sistema de Naciones Unidas para apoyar”, menciona Villar durante la entrevista, que ya está disponible en los canales digitales de la Unidad para las Víctimas.
En cuanto a las recomendaciones para aplicar la estrategia, Villar destaca que precisamente una de las más importantes es la voluntad política de los países “como el elemento que abre la puerta a tener resultados concretos”, además de la necesidad de implicar a la sociedad y, sobre todo, al sector privado. “Muchos de los retos a esa inclusión dependen del acceso a ingreso, tener trabajo y del apoyo a las comunidades de acogida, un trabajo que también el sector privado puede arropar”, asegura.
Los temas de financiamiento y de datos son otras recomendaciones de la ONU para implementar la estrategia con la que se busca tratar de reducir los millones de casos de desplazamiento que siguen sin soluciones en el mundo, y que en Colombia tiene aún muchos retos. Para Villar, el desafío principal en nuestro país, “es la coexistencia de un desplazamiento de bastante larga data que convive con nuevos desplazamientos y nuevos hechos victimizantes”.
Por eso, la estrategia de soluciones duraderas es uno de los ejes de la reforma a la Ley 1448 (Ley de Víctimas y Restitución de Tierras) que presentó el Gobierno en este periodo legislativo. Una reforma que celebraron desde la ONU y que para Villar “que quede reflejado en la Ley es un elemento clave”, ya que actualiza la normatividad sobre la lucha para atender a las víctimas de desplazamiento, un tema que por su complejidad ameritaba una conversación más detallada, que tuvimos también en Víctimas en la Agenda con Marco Romero, director de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes). (Ver capítulo aquí)
Como conclusión, la coordinadora Residente de ONU en Colombia indica que es necesario que desde el Estado se siga trabajando en la prevención, atención y asistencia a personas desplazadas, pero resalta que “incidir y reconocer que hay que abordar problemas estructurales y de articulación de políticas y de financiamiento” tendría un mensaje más poderoso si se asume no solo desde de la Unidad para las Víctimas, sino de muchas otras instituciones.
En la Unidad para las Víctimas “Cambiamos para servir” con el objetivo de seguir trabajando en acciones de cara a la implementación de una política que contribuya a la superación de los rezagos, brinde una reparación transformadora y le permita a quienes han padecido el conflicto armado acceder efectivamente a sus derechos.