Concluyó con éxito el proceso de retorno, reubicación e integración de las familias del pueblo Emberá, que estuvieron asentadas en el Parque Nacional de Bogotá., Un hito significativo que reafirma el compromiso del Gobierno del Cambio con la dignidad y los derechos de las comunidades indígenas.
En este proceso, 272 hogares, con 687 personas, volvieron a sus territorios ancestrales en el Alto Andágueda, ubicado entre los departamentos de Chocó y Risaralda; por su parte, más de 60 hogares (casi 200 personas) fueron reubicados temporalmente en albergues en el sur de Bogotá, con la asistencia de la Unidad para las Víctimas y el apoyo del Distrito.
Lilia Solano, directora de la Unidad para las Víctimas, expresó su orgullo ante este logro: “Estoy profundamente conmovida con la capacidad del liderazgo Emberá, de llegar a este momento después de tantas luchas en la ciudad, después de un desplazamiento que los ha golpeado desde los años 70. (…) Retornar es volver a la montaña, al agua, al río y a las familias. Y la Unidad para las Víctimas tiene el honor de acompañar a esta comunidad a un retorno con garantías de dignidad”.
El proceso inició en horas de la madrugada de este domingo, cuando nueve camiones partieron rumbo al Alto Andágueda con los enseres de las familias Emberá que retornarían a su territorio, continuó con la salida de las familias que se reubicaron, temporalmente, en albergues en Bogotá, y concluyó en la tarde, con la partida de 700 personas del pueblo Emberá, en su mayoría niñas, niños, adolescentes y mujeres hacía sus territorios ancestrales.
Las familias que permanecerán en Bogotá lo harán de manera temporal en cuatro albergues habilitados en el sur de la ciudad. Estos espacios, seleccionados bajo criterios de dignidad, ofrecerán condiciones adecuadas para su estancia por un periodo estimado de dos meses, mientras el Gobierno junto con la comunidad Emberá define un nuevo destino. La Unidad para las Víctimas, en coordinación con el Distrito, habilitó el albergue Fundines, en Ciudad Jardín, para recibir a 41 personas organizadas en 10 familias.
“Fue un trabajo intenso y articulado con diversas entidades del gobierno”, señaló la directora Lilia Solano, quien agregó que la clave estuvo en haber hecho un trabajo articulado con varias entidades de la Nación y del Distrito. “Nos hemos ajustado y organizado para lograr que el retorno y la reubicación se llevaran a cabo en coordinación con el Distrito y a nivel nacional, incluyendo los ministerios de Vivienda, Salud y Educación. Esta es también la alegría de un Gobierno del Cambio que cumple su palabra”.
Además del retorno y la reubicación, cerca de cinco hogares (11 personas) optaron por integrarse permanentemente en la ciudad de Bogotá, como parte de un proceso de integración local.
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Este hito marca el final de un proceso complejo, pero también el inicio de una nueva etapa para las familias Emberá, que ahora cuentan con garantías de dignidad y acompañamiento estatal en su retorno o reubicación. La Unidad para las Víctimas reafirma su compromiso de seguir trabajando para que este retorno sea sostenible y para que las comunidades afectadas por el conflicto armado continúen avanzando hacia la reparación integral.