Uno a uno se sumaron habitantes de Algeciras al grupo de personas que dieron el sí al llamado de la Unidad para las Víctimas, para asistir a los encuentros que hacen parte de la Estrategia de Recuperación Emocional Grupal (EREG), que busca brindar herramientas de apoyo para tramitar los daños ocasionados por el conflicto armado.
Algeciras, ubicado al norte del Huila, es un pueblo de vocación agrícola que ha atravesado por desafiantes momentos asociados al conflicto armado interno, que lo han catalogado como el único municipio del departamento incluido en los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), con un 28,6% de la población, representada en 6.954 personas inscritas en el Registro Único de Víctimas, por hechos como desplazamiento forzado, amenaza y homicidio.
A través de ejercicios como espiral de la vida para el reconocimiento de los logros personales, o la pomada del alivio, elaborada con plantas medicinales, los asistentes identificaron potenciales recursos para mitigar, poco a poco, los dolores guardados o no tratados.
Esta estrategia llega en un momento en el cual el municipio de Algeciras recibe, de la Unidad para las Víctimas, la asistencia técnica para poder documentar los hechos ocurridos a causa del conflicto y declararlos ante Ministerio Público, buscando el reconocimiento de la comunidad como sujetos de reparación colectiva; pero también en la coyuntura del enfoque de soluciones duraderas, a través del cual se pretende direccionar el plan de desarrollo municipal para la ejecución de acciones conjuntas que lleven a garantizar la calidad de vida de las víctimas y la no repetición de escenarios de guerra.
“Me han parecido muy buenos estos encuentros porque venimos a aprender sobre nuestra recuperación emocional, es muy bonito lo que la psicóloga nos ha venido enseñando. Aquí aprendemos a ser mejores, a sacar el rencor, porque a veces le hacemos daño a las personas sin querer. Son maravillosos los mensajes que podemos llevar a nuestro hogar, a nuestros hijos, a nuestra familia, enseñarles que podemos cambiar, que podemos seguir, que podemos tropezar y volvernos a levantar”, manifestó Angélica María Perdomo Lizcano, asistente al espacio.
Ana rojas, otra de las asistentes al encuentro, aseguró, “me ha servido mucho porque a causa de lo que hemos vivido nos cargamos de miedos y estos espacios nos llenan, nos hacen empoderarnos, nos enseñan que tenemos que sanar nuestro corazón, no llenarnos de resentimiento ni venganza; el anhelo de mi corazón es que en este municipio se respire paz. Poder criar aquí a mis nietos sin temor”.
El acompañamiento psicosocial en el territorio hace parte de las medidas de rehabilitación y satisfacción que componen la reparación integral y está dirigido al mejoramiento de las condiciones psicológicas de las víctimas, proporcionando bienestar, a través del restablecimiento de su dignidad.
Temas recomendados
Resaltar el poder transformador de las víctimas del conflicto armado es una de las apuestas más importantes de la Unidad para las Víctimas. Seguimos trabajando para dignificarlas y reconocer su capacidad de cambiar las condiciones de vida de sus familias, comunidades y territorios; son las víctimas del conflicto armado quienes hoy deben tener la palabra, pues son quienes han dado segundas oportunidades y son el referente ético y moral para guiar al país hacia la Paz Total.