Pueblo Bello y El Bosque son dos sujetos de reparación colectiva que, en la actualidad, luego de culminar las medidas de reparación colectiva concertadas con la Unidad para las Víctimas, continúan trabajando para sostener lo que construyeron colectivamente durante cinco años, y tras una inversión superior a los $2.100 millones.
El barrio El Bosque, en Chigorodó, dio inicio al proceso de reparación colectiva en el marco de la Ley de Víctimas y restitución de tierras 1448 de 2011, por la ocurrencia de varios hechos de violencia que marcaron para siempre la vida de su comunidad, entre ellos: despojo, desplazamiento y la masacre del “Aracatazo”, ocurrida el 12 Agosto de 1995, en la que fueron asesinadas 18 personas.
El Bosque es uno de los barrios más grandes de Chigorodó y está constituido por 80 cuadras, un promedio de 26 casas por cuadra y 2.210 en total, en las que habitan aproximadamente 23.400 familias y 16.000 personas. La Unidad comenzó los primeros acercamientos con esta comunidad en el 2014.
Después de realizadas y cumplidas las medidas de satisfacción y rehabilitación, incluyendo la estrategia Entrelazando para la recuperación del tejido social, la cual también aportó al rescate de sus prácticas culturales, deportivas y al involucramiento de los jóvenes en el proceso, en diciembre del año pasado, la comunidad desarrolló varias actividades simbólicas, la entrega de una placa y la firma de las actas.
Esta comunidad también fue fortalecida en su organización. El comité de impulso recibió las herramientas para ejercer su liderazgo e incidencia en el proceso, en un esfuerzo de corresponsabilidad y apoyo de entidades como el SENA, Mapp-OEA y Defensoría del Pueblo, quienes impulsaron la labor de los líderes en el colectivo.
Además, se entregaron dotaciones de equipos tecnológicos para fortalecer la junta de acción comunal del El Bosque y, en el marco del convenio con Banco Mundial, la Unidad entregó uniformes y balones de fútbol a los jóvenes y niños del barrio.
Para Ángela Alvarez, víctima del Aracatazo, “la experiencia más valiosa fue el acompañamiento psicosocial de la Unidad porque cuando se pierde un ser querido uno queda con muchos traumas, con daños morales y ese acompañamiento nos ayudó salir adelante, a superar y seguir adelante con nuestros hijos”.
Pueblo Bello
Por su parte, Pueblo Bello (Turbo), dadas sus características como corregimiento productivo y agrícola, enfocó su Plan Integral de Reparación en medidas de rehabilitación que tenían como propósito la recuperación de tradiciones, la resignificación de espacios, la recuperación de la confianza, entre otros, apoyadas a través de Entrelazando y que contribuyeron a recuperar las prácticas agrícolas del colectivo, que fueron descuidadas a causa de los hechos violentos.
Los hechos sufridos por esta comunidad ocurrieron entre el 13 y 14 de enero de 1990, cuando un grupo de aproximadamente 60 hombres pertenecientes a la organización paramilitar denominada “Los Tangueros”, realizaron un ataque que terminó con la muerte de más de 40 personas, entre ellas 3 menores de edad.
Pueblo Bello inició el proceso de reparación colectiva con la Unidad, mediante acercamientos que se dieron entre 2012 y 2013. Posteriormente se proyectó y aprobó el Plan de Reparación colectiva con aproximadamente 17 medidas de satisfacción, rehabilitación y restitución, y garantías de no repetición, que permitieron la compensación de los daños sufridos por 5.000 personas del área rural y urbana.
Pueblo Bello logró recuperar prácticas de comercialización y cooperativismo, tradición productiva y comercial, afectada por el conflicto, mediante la entrega de maquinaria agrícola: un tractor y accesorios, un camión y una mini retroexcavadora.
Este proceso vinculó a la población joven en el plan, logrando el fortalecimiento y adecuación de sus espacios educativos veredales y locales. La institución educativa del Sujeto de Reparación recibió dotación en instrumentos musicales, equipos tecnológicos de audio e indumentarias artísticas.
El día del cierre del Plan, en noviembre de 2019, la Unidad entregó una dotación cultural y deportiva, y una cancha adecuada y lista para uso colectivo.
(Fin/CYT/AMA/LMY)