En la Escuela del buen vecino se reconstruye el tejido social de La Gloria en Florencia

En la capital del Caquetá avanza esta iniciativa que busca la resolución de conflictos y la promoción de una cultura de paz entre habitantes de esta urbanización.

Cerca de 200 personas residentes en la etapa cuatro de la urbanización La Gloria, en Florencia, Caquetá, hacen parte de la estrategia denominada Escuela del buen vecino, una iniciativa de resolución de conflictos, construcción de paz y convivencia pacífica, que nace como parte de las acciones contempladas en el Plan de Retornos y Reubicaciones, el Plan de Acción Territorial y el Plan de Desarrollo de la ciudad, con enfoque de integración local y soluciones duraderas.  

Esta iniciativa posibilitada por la Unidad para las Víctimas y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por su sigla en inglés), a través del programa Restaurando Nuestro Futuro, implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) con el apoyo de la Alcaldía de Florencia y la Personería municipal, pretende impactar de manera directa al 90% de la población residente en la urbanización, reconocidos como víctimas de desplazamiento forzado.

Recientemente, el trabajo de la Escuela del buen vecino se dirigió al grupo de 25 jóvenes, con quienes se abordaron temas de comunicación asertiva, autogestión de emociones, construcción de paz y conformación de organizaciones juveniles; como herramientas de fortalecimiento al buen vivir. 

Lesdy Marlody Rodríguez, directora de la territorial Huila-Caquetá de la Unidad para las Víctimas destacó: “Como parte del enfoque de soluciones duraderas que se implementa en Florencia y que ha sido piloto nacional, buscamos que se generen acciones viables, eficaces y sostenibles en el tiempo para las comunidades víctimas del conflicto armado. Esta iniciativa dignifica sus condiciones de vida”. 

Por su parte, Elizabed Wagner, residente y participante de la escuela dijo: “Este ha sido un proceso muy bueno, todos hemos aportado un granito de arena, hemos visto que los jóvenes se reúnen y se notan las mejoras en las condiciones de convivencia”.

 Estas actividades están encaminadas al cambio de comportamientos, al desarrollo del sentido de pertenencia, la promoción del arraigo y el logro de la integración local, como parte de la reparación integral por las afectaciones sufridas en el marco del conflicto armado interno.