Cuando Andrea María Montaño Meza decidió participar en la convocatoria de la Unidad para las Victimas, “Trazos migrantes”, ella tenía claro que quería representar lo que es luchar contra la corriente. De muchas maneras, así ha sido su vida y la de los colombianos que han salido a buscar nuevos rumbos o ponerse a salvo porque son víctimas del conflicto, como es el caso de ella y su familia, con quienes salió del país en el año 2000.
A mediados de septiembre de 2022 ella supo que su obra “Aguas” había sido la ganadora entre 30 trabajos seleccionados que llegaron de varios países. En “Aguas”, una mujer joven flota en medio de la transparencia, sosegadamente, con una mirada triste y escoltada por un pez.
“Esas son aguas en las que uno tiene que navegar en contra de la marea, en las que uno siente que está en una tormenta, pero que debe seguir andando paso a paso. El agua te interrumpe el camino”. Andrea quiso dibujar algo sincero, por lo que la mejor definición de la obra ganadora en una sola palabra es dolor, dolor en contra de la adversidad.
Se fue del país a Miami cuando tenía 14 años por amenazas de muerte a su familia. Vivían en Barranquilla en medio de una situación de sosiego. A su padre, Víctor Hugo Montaño Lobelo, un líder social de Tasajera, le habían asesinado dos hermanos y él también estaba amenazado.
Años después Andrea estudió en Ringling College of Art and Design en Sarasota, Florida, donde vivió cuatros años. Hoy vive en New Jersey y es una exitosa ilustradora, artista de cómics y retratista. Allí vive con su esposo, Timothy Sparvero, un artista ilustrador que siempre la ha apoyado. Trabaja el diseño y la ilustración para empresas como Drawing Booth o Markosia Comic.
En su portafolio hay un denominador común: sus ilustraciones, en su mayoría, son mujeres que juegan un rol principal. Son figuras en las que la determinación es importante, “porque muestra el alma y hace que la mirada potente esté viva en la ilustración”, explica.
Desde muy pequeña le gustaron las artes. “Siempre me la pasaba dibujando, así que es una pasión con la que crecí”, pero que además fue alimentada por los niños a los que les daba clases en la escuela de Cristo Rey, que la veían como artista.
Participó en “Trazos” motivada por su padre. La idea de la obra partió de la necesidad profunda de expresar sus sentimientos en una ilustración sobre cómo se siente emigrar. “Traté de reflejar qué tan duro es serlo. Uno siempre siente que está en contra de la marea, como pasa con el idioma inglés”, dice.
Andrea aspira a pagar clases avanzadas de ilustración con el premio, esto con el fin de seguir en el campo y actualizarse, pues como toda buena artista profesional, sabe que para perfeccionar sus trazos e ilustraciones lo mejor es la práctica constante y la oportunidad de exponer a sus pares.
(Fin/COG/RAM)
