Fue iniciando el nuevo siglo cuando al corregimiento de San José de Chiquito, en Turbaco, municipio del norte de Bolívar, le llegó el fin de sus días de paz y tranquilidad.
Hombres armados, recién comenzado el año 2000, sembraron el terror por tres años, generaron dolor y muerte en este territorio alejado de la cabecera municipal de Turbaco al que se llega tras una hora por caminos abiertos y el que, por aquellos tiempos aciagos, fue abandonado por sus habitantes que huyeron dejando todo para salvar sus vidas.
Hasta este lugar montañoso y recóndito llegó la Unidad para las Víctimas, en acompañamiento con la Alcaldía del municipio para materializar una nueva acción en marco del Plan de Retorno y Reubicación que desarrolla la entidad con la comunidad.
Durante la jornada, que incluyó reuniones de la directora de la Territorial de la Unidad en Bolívar, Marta Luz Salazar, con lideresas, líderes, representantes de la Junta de Acción Comunal, padres y madres de familia y educadores del corregimiento, se entregó un mobiliario escolar que beneficiará a 100 niñas y niños de la escuela San José de Chiquito.
La dotación contiene 100 pupitres, 15 ventiladores turbo, 10 sillas plásticas, además de un archivador, un tablero acrílico y un escritorio para profesores, entre otros elementos.
La movilización de la Unidad para las Víctimas y de los representantes de la institucionalidad territorial se complementó con una revisión, con líderes y lideresas de la comunidad, de las necesidades básicas del territorio, así como el repaso de las perspectivas para que a San José de Chiquito, tras su retorno luego de los tiempos de la violencia, lleguen soluciones duraderas y su población logre avanzar en la construcción de su bienestar.
La presidenta de la Junta de Acción Comunal del poblado, Flor María Miranda Pájaro, dijo que la dotación es muy importante para la formación escolar de sus niñas y niños: “Me da alegría y me da nostalgia a la vez porque fueron muchas cosas que pasaron aquí. Nada va a borrar lo que nos pasó en aquel tiempo, pero por lo menos es una ayuda que nos llena de satisfacción a nosotros, a nuestros hijos e hijas, a los profesores de la comunidad y ojalá que nos sigan teniendo en cuenta para recibir todo este apoyo que necesitamos”.
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Por su parte, la secretaria de integración Social de la Alcaldía de Turbaco, July Ahumada Pereira, agradeció a la Unidad para las Víctimas el apoyo y la entrega de la dotación para institución educativa y dijo que con ello “se logra una reparación integral que busca mejorar la calidad de vida de la población infantil del corregimiento”.
En la Unidad para las Víctimas “Cambiamos para servir” con el objetivo de seguir trabajando en acciones de cara a la implementación de una política que contribuya a la superación de los rezagos, brinde una reparación transformadora y le permita a quienes han padecido el conflicto armado acceder efectivamente a sus derechos.
