El Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia fue conmemorado en todo el país con una serie de acciones destinadas a honrar y reconocer a quienes han sufrido los estragos de la violencia. Desde el plan de aceleración para ponerse al día con las indemnizaciones de 106.337 personas de la ruta priorizada, hasta emotivos actos donde los tambores simbolizaron los latidos de más de 9 millones de afectados por el conflicto en diferentes zonas del Colombia como Quindío, Bolívar, Antioquia, Cundinamarca, Guaviare, Chocó, Cauca y Guainía. Estas acciones, en su conjunto, buscaban promover la memoria y la empatía con las víctimas del conflicto, configurándose como un paso crucial en el proceso de reconciliación nacional.
Como parte de estas conmemoraciones, este 11 de abril se desarrolló el foro “Hoy las víctimas: los desafíos de Colombia para la reparación a las víctimas y la no repetición”, en el hotel Tequendama ubicado en el centro de Bogotá. Este evento, enmarcado en la reflexión que trae esta fecha cada año, tuvo como objetivo abrir un debate público sobre los desafíos de Colombia en cuanto a la reparación de las víctimas y la imperiosa necesidad de evitar que los horrores del conflicto se repitan. El foro contó con una apertura por parte de la directora de la Unidad para las Víctimas, Patricia Tobón Yagarí; la coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Colombia, Mireia Villar; Anu Rajamaran, directora de USAID Colombia, y el jefe de misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Fernando Medina.
Para el desarrollo del evento se organizaron dos paneles de discusión. El primero centrado en la reparación y la necesidad apremiante de reformar la Ley 1448, conocida como Ley de Víctimas y Restitución de Tierras; el segundo abordó la crucial temática de la no repetición del conflicto y la participación de las víctimas en la agenda del país. Estos paneles, compuestos por analistas y líderes en la materia, proporcionaron un espacio invaluable para analizar los retos actuales y plantear soluciones concretas que contribuyan a construir un país más justo y reconciliado.
El primer panel del foro contó con la participación de destacados líderes y expertos en el ámbito de la reparación a las víctimas y la justicia transicional. Entre los panelistas se encontraban Sonia Lucía Londoño, subdirectora de la Unidad para las Víctimas; Giovani Yule Zape, director de la Unidad de Restitución de Tierras; Eucaris Salas, coordinadora de la Mesa Nacional de Participación; Adriana Molano Arenas, viceministra de Cultura; y Mariana Ardila, directora de Justicia Transicional del Ministerio de Justicia.
Uno de los temas principales abordados en este panel fue la necesidad de materializar la concurrencia de los tres niveles de gobierno para contribuir efectivamente a la reparación de las víctimas. En este sentido, la subdirectora Sonia Londoño resaltó: “Aunque existe el Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas (SNARIV), la reforma a la Ley 1448 reconoce la imperiosa necesidad de fortalecer esta articulación institucional. Esto implica reforzar los presupuestos, establecer procesos de focalización conjunta entre las entidades y asegurar una llegada articulada a los territorios con una oferta integral, tal como lo estipula el Plan de Desarrollo”.
Por su parte, Giovani Yule, director de la Unidad de Restitución de Tierras, añadió: “Es esencial crear un movimiento amplio por la paz, donde las víctimas, representando los 9 millones a nivel nacional, puedan guiar sus propias políticas desde sus perspectivas territoriales. Esta complementación con la institucionalidad permite unir el poder de la sociedad con el poder institucional, construyendo una ruta coordinada hacia la paz”.
Eucaris Salas, coordinadora de la Mesa Nacional de Participación, instó al Congreso a que “se ponga la camiseta por las víctimas”, ahora que la reforma se encuentra oficialmente radicada en la Comisión Primera de la Cámara, esperando el primero de los cuatro debates que debe surtir para hacerse realidad.
“Desde la Mesa Nacional vamos a impulsar una campaña para que todas las víctimas en el territorio, la sociedad misma, toda Colombia nos apoye en la reforma que recoge el sentir y el dolor de todo lo que vivimos las víctimas en el territorio. Desde la Mesa Nacional, desde las distintas mesas departamentales, municipales, la distrital de Bogotá y las víctimas en el exterior recogimos insumos para esta reforma. Por eso, queremos que todas las víctimas se unan a esta campaña que vamos a realizar”, mencionó Salas en su intervención durante el foro.
Mariana Ardila, directora de Justicia Transicional del Ministerio de Justicia, respaldó la necesidad de la reforma a la Ley de Víctimas y destacó: “Ya está en manos del Congreso y es momento de dar la discusión y ver como entre todos podemos hacer un acuerdo que no tenga distingo de partidos, por las víctimas”.
En el segundo panel, titulado “9 millones de historias para no repetir”, se hicieron intervenciones contundentes por parte de los panelistas. Richard Moreno, coordinador del Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano, afirmó: “Estamos en un escenario donde hay que recordar que la no repetición en una sociedad es un principio de responsabilidad que tienen los estados para prevenir que se vulneren nuevamente los derechos de la gente que ha sido victimizada. El Estado, pero sobre todo la sociedad, debe hacer una apuesta por avanzar en la negociación política de estos conflictos”.
Por su parte, Diana Sánchez, directora de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa, manifestó que el trabajo por la no repetición es lo que permitirá que se cierren las violencias, y que el país tenga armonía, tranquilidad y justicia social. En ese sentido, la funcionaria dijo que un Estado debe tener claras esos aspectos “cuando se sienta con actores armados a negociar esa paz (…) El hecho de que se esté acercando, explorando, dialogando, pareciera que no tuviera nada que ver con la no repetición y desde la génesis se tiene que hablar de ir cerrando y transformando esa situación adversa que afecta tanto las comunidades y no esperar hasta que se llegue a un punto cero para empezar a la no repetición”.
Con relación a los desafíos para cumplir y mantener el cese al fuego, Lourdes Castro, consejera Presidencial para los Derechos Humanos y el DIH, resaltó la importancia de que los procesos de paz se proyecten en clave de garantías de no repetición. Al respecto afirmó: “Las víctimas y sociedad colombiana necesitan saber la verdad y eso tiene que ser un imperativo en toda negociación en paz, ese estándar de justicia no se puede bajar”.
Richard Moreno hizo hincapié en el reconocimiento interno y externo de todas las víctimas, sin distinción de categorías. “La participación no debe limitarse a ciertos grupos, sino que todas las voces deben ser escuchadas”, afirmó, señalando la importancia de que la Unidad para las Víctimas esté llegando a territorios antes desatendidos para dar voz a todas las víctimas.
Por último, sobre los retos de la participación de las víctimas, el padre Francisco de Roux mencionó que no se puede perder de vista que en el país la centralidad debe estar ocupada por las víctimas. Con la dignidad, grandeza y potencia moral que les da el haber sido víctimas de esta guerra, que es una enorme tragedia en Colombia y una de las más grandes en el mundo, su participación ha sido inmensa.
“Las víctimas están clamando que aquí hay una tragedia intolerable que hay que parar. Ese fue un efecto del clamor de las víctimas en el país. Cuando las víctimas participan, la cosa es en serio”, concluyó el expresidente de la Comisión de la Verdad sobre un ejercicio que se hizo visible durante el foro cuando algunas víctimas presentes entre el público hicieron arengas y reclamaron por las demoras en sus respectivos casos.
Un ejercicio por el que, para cerrar el encuentro, Patricia Tobón Yagarí aplaudió a quienes se hicieron sentir en el recinto. “Les felicito y no me asusto con la participación porque hay dolor y hay reclamos justos, y no quiero que salgamos de aquí sin responderle y hay muchos temas de carácter individual como la indemnización”, destacó la directora de la Unidad para las Víctimas.
Resaltar el poder transformador de las víctimas del conflicto armado es una de las apuestas más importantes de la Unidad para las Víctimas. Seguimos trabajando para dignificarlas y reconocer su capacidad de cambiar las condiciones de vida de sus familias, comunidades y territorios; son las víctimas del conflicto armado quienes hoy deben tener la palabra, pues son quienes han dado segundas oportunidades y son el referente ético y moral para guiar al país hacia la Paz Total.