Las actividades de economía, ganadería, pesca y la actividad agrícola de la población civil fueron interrumpidas por un ataque armado coordinado por la guerrilla de las FARC en el año 2006, en ese mismo tiempo se conocía un nuevo escrito del entonces jefe guerrillero Iván Márquez, en el que reiteró que el grupo armado estaba dispuesto al intercambio humanitario y a un proceso de paz. El ataque ocurrido en el mes de noviembre ocurrió entre los municipios de Montelíbano y Puerto Libertador.
Han pasado 17 años de la arremetida contra la estación de Policía del corregimiento que causó la muerte de 17 policías, cuatro civiles y 11 guerrilleros de las Farc, una alerta temprana en la que se advertía sobre el enorme riesgo que representaba para la población civil, el inminente regreso de la guerrilla a la región abandonada por las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC.
Bajo este contexto, en acompañamiento a los sobrevivientes y dando continuidad a los procesos de reparación integral que lidera la Unidad para las Víctimas, se logró rememorar con dignidad y respeto este hecho a fin de fortalecer y unir lazos en construcción de paz.
En acompañamiento de esta memoria se llevó una corona de flores que simbolizó la esperanza de las almas resilientes, la alegría en los niños y niñas. También, hubo una reflexión en torno a la importancia de seguir siendo la voz que fue apaciguada por el conflicto armado y que en los territorio donde se presentaron estos hechos, se fortalezca la unidad para avanzar en la siembra de semillas de paz, verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
En medio del acto, cada víctima, tomó una semilla de maíz haciendo énfasis en la importancia de sembrar tenacidad y constancia en las comunidades campesinas. Amparo*, mujer víctima a la edad de 15 años y afectada por una mina antipersonal, hizo una siembra del dolor para cosechar “nuevos tiempos de paz, de justicia y verdad”.
Marcelo Vega, director territorial Córdoba de la Unidad para las Víctimas señaló que: “Hoy estamos construyendo y desde la entidad se orienta a mitigar la afectación generada por el conflicto”.
El acto simbólico se cerró haciendo nudos en telas representando la unión y la fuerza, donde cada participante realizó un nudo como un llamado a que sus voces sean escuchadas y jamás silenciadas por la guerra.
En la Unidad para las Víctimas “Cambiamos para servir” con el objetivo de seguir trabajando en acciones de cara a la implementación de una política que contribuya a la superación de los rezagos, brinde una reparación transformadora y le permita a quienes han padecido el conflicto armado acceder efectivamente a sus derechos.