La violencia y la disputa entre las guerrillas y los grupos paramilitares trajo muerte, destrucción y desolación a las veredas del municipio de El Peñol, ubicado en el Oriente de Antioquia, con hechos victimizantes como masacres, homicidios, secuestros, desapariciones y reclutamientos de los más jóvenes.
“La masacre de los 13”, como llaman sus habitantes a los asesinatos de 13 personas cometidos por el bloque Metro de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) el 5 de enero de 2001, fue el hecho más cruento que, según sus relatos, no pueden olvidar.
Por eso, los habitantes de las veredas La Meseta y Bonilla describen como “renacer y progreso” las obras y proyectos que han llegado con apoyo de la Unidad para las Víctimas a estas comunidades enclavadas entre montañas y embalses para cambiar el miedo por la tranquilidad. Y el abandono, por el regreso de las familias campesinas.
Con esta motivación, salieron de sus fincas para participar de los actos comunitarios que certifican el cumplimiento de los planes de retorno y reubicación de desplazados que fueron implementados por la Unidad para las Víctimas y la alcaldía municipal.
Volver no fue solo regresar a un territorio. Los 800 habitantes cuentan ahora con proyectos agrícolas, vías mejoradas con placa huellas para su movilidad y transporte de productos, casetas comunitarias adecuadas y dotadas de equipos tecnológicos. Se mejoró su seguridad alimentaria con huertas familiares y acceso a salud, educación y vivienda, mediante subsidios y mejoramientos.
También se implementó la estrategia de rehabilitación comunitaria Tejiéndonos, con acciones sicosociales para la recuperación emocional por los hechos victimizantes sufridos y el rescate de los liderazgos, la convivencia y tradiciones campesinas. Gracias a estas acciones, volvieron los convites, el deporte y la banda musical de La Meseta resonó de nuevo con la dotación de nuevos instrumentos.
Reconstrucción física y social
De este resurgimiento es gestor y testigo Jaime Giraldo. Como campesino, desplazado, retornado y ahora líder comunitario, dice con satisfacción que “este plan ayudó a que las personas vuelvan a la vereda y otra vez puedan sembrar después de esa oleada de violencia y esa masacre en el año 2001, cuando asesinaron a 13 personas y la gente tuvo que huir a otros municipios y a la ciudad, por el miedo que tenía”.
Ahora camina junto a sus vecinos por la nueva placa huella entregada como última acción del plan de retorno. Se le ve alegre porque “ya vemos una vereda transformada y bonita con estos proyectos, que está saliendo adelante y con gente que vive de la agricultura y la ganadería”.
La directora de la Unidad para las Víctimas en Antioquia, Claudia Patricia Vallejo Avendaño, destacó que “la inversión con la Alcaldía de El Peñol para el cumplimiento de estos planes fue de $765 millones para las familias retornadas y reubicadas, que resistieron al conflicto armado y fueron resilientes. Estos proyectos transforman los territorios y la permanencia con dignidad, seguridad y mejores condiciones de vida”.
Así también lo reconoce Irene Ramírez, otra habitante y lideresa social: “Se está reconstruyendo el tejido social y estamos motivados para seguir la vida en nuestra vereda. Definitivamente, no queremos volvernos a ir. Nos sentimos apoyados, sentimos que ya no estamos solos y rogamos que la violencia y una masacre así no vuelva a ocurrir”.
En total, ya son más de 2.000 habitantes beneficiados con el cumplimiento de estos planes de reparación a las víctimas en Antioquia en las veredas Claritas, en Carolina del Príncipe; San Juan, en San Roque; La Florida, en El Carmen de Viboral; y los recién concluidos en El Peñol.
La inversión conjunta entre la Unidad para las Víctimas, la Gobernación de Antioquia y las alcaldías asciende a $1.500 millones.
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