Los campesinos de la vereda Alto de Chachafrutal del municipio antioqueño de Dabeiba salieron apresurados de sus fincas. Esta vez no dejaron sus casas para desplazarse por la incursión de grupos armados, sino para celebrar que llegan obras y proyectos para avanzar en la reparación de su comunidad.
Con sus mejores atuendos llegaron entusiasmados a participar del acto inaugural de una cancha polideportiva y un parque infantil construidos para mejorar la infraestructura e integración de sus 150 habitantes. En el sitio se reunieron agricultores de sombreros aguadeños, botas y machete al cinto, otros con ruana y los jóvenes con uniforme escolar.
Ambos espacios representan un avance del Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC) del corregimiento La Balsita que implementan la Unidad para las Víctimas y la Alcaldía Municipal. Este avanza en más de 75% para resarcir los daños del conflicto armado.Con una inversión de casi $413 millones, las obras fortalecen el arraigo y la reconstrucción del tejido social para la población que ha sufrido y resistido el conflicto armado en esta zona montañosa de Dabeiba durante los últimos 30 años. “Son proyectos que nunca habíamos visto en la vereda y nos benefician mucho, sobre todo a la juventud. Esto es lo que necesitamos. Si nos apoyan, no vamos a dejar la tierra donde nacimos”, afirmó el líder comunal Otoniel Guisao.
A sus 75 años, fue testigo de la violencia y la disputa territorial entre guerrillas y paramilitares. “En La Balsita quemaron casas, mataron gente y nos desplazaron. A pesar de todo eso, volvimos y ahora estamos tranquilos porque no hay enfrentamientos ni desplazamientos”.
Desde mediados de los años noventa, la disputa entre las extintas FARC y grupos paramilitares afectó a la población de La Balsita con homicidios, masacres, secuestros, desapariciones y reclutamientos forzados, desplazamientos masivos, confinamientos y hasta la quema de 25 viviendas en una incursión paramilitar.
Reconstrucción física y social
Gracias al PIRC, la recuperación del corregimiento está en marcha para mejorar las condiciones de vida de sus 1.200 habitantes. Más de la mitad de ellos víctimas de la violencia.
A la cancha recién inaugurada se suman los proyectos productivos (de caña, café, fríjol y maíz), construcción y dotación de canchas polideportivas, casetas comunales y un colegio en el centro poblado y varias de las 13 veredas.También se implementó la estrategia de rehabilitación comunitaria Entrelazando, que reconstruyó los liderazgos, la convivencia y tradiciones campesinas como los grupos musicales, convites y fiestas.
Además, el mejoramiento de caminos veredales, reconstrucción de puentes, actos de memoria histórica y una estrategia para la recuperación emocional por los múltiples hechos victimizantes. Incluso, se gestionó el desminado humanitario de varias veredas donde había este riesgo mortal.
Para el líder comunitario Alberto de Jesús Herrera Úsuga, “estas acciones de reparación han traído desarrollo para continuar este largo proceso de recuperación de tantos años muy duros que vivimos por el conflicto armado, que nos atrasó y ahora nos está sacando adelante”. Por su parte, Claudia Patricia Vallejo Avendaño, directora de la Unidad para las Víctimas en Antioquia, indicó que “con estas acciones se logra avanzar en más del 75% del cumplimiento del plan de reparación de La Balsita, gracias a la articulación entre el Gobierno y las alcaldía para traer la transformación a estos territorios tan afectados por la violencia”.
En Antioquia, 89 Planes de Reparación Colectiva benefician con medidas de restitución, rehabilitación, satisfacción, garantías de no repetición e indemnización a comunidades campesinas y étnicas (afrocolombianos, indígenas, pueblo Rrom), municipios, veredas, corregimientos, y a grupos y organizaciones de víctimas.
JM/AA/GL