Un sol radiante acompañó la tarde barranquillera durante el encuentro en el que la Unidad para las Víctimas y otras entidades del Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas (SNARIV) se unieron para conmemorar el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, en el Atlántico.
Desde las 8:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde desfilaron por la Plaza de la Paz, las familias con historias de resistencia y resiliencia de los pueblos Wayú, Arhuaco, Kankuamo, Zenú, Inga, Kaamas-Hu y Mocaná, quienes por muchos años han sufrido el desarraigo físico y cultural por causa del conflicto armado.

Esta conmemoración no solo celebra la diversidad cultural de los pueblos originarios, sino también abre un espacio para la reflexión sobre los desafíos en la búsqueda de superar las brechas que prevalecen y también, las contribuciones de las comunidades indígenas a la cultura nacional, especialmente de aquellas que han sido víctimas del conflicto armado en el país.
Y es que los pueblos indígenas han sido gravemente afectados por el conflicto armado en Colombia, al enfrentar desafíos como el desplazamiento forzado y otros hechos victimizantes que han afectado su cultura, tradiciones, usos y costumbres, que los han llevado a estar en riesgo de desaparición.

El primer momento fue un espacio de armonización espiritual direccionado por las autoridades mayores de los pueblos indígenas, seguido por un intercambio cultural de palabras entre los grupos de diferentes etnias indígenas.
“El Estado tiene una deuda histórica en materia de reparación integral que no solo conlleva a la indemnización material. Los actos simbólicos de dignificación son reconfortantes para la memoria y el espíritu de resiliencia de los pueblos indígenas que han sufrido el rigor de la violencia en nuestro territorio”, aseguró Yesenia Pérez, directora territorial de la Unidad para las Víctimas en el Atlántico.

La conmemoración contó, además, con la participación del gerente de Asuntos Étnicos del departamento del Atlántico, Luis Cassiani.
Para el cierre de la actividad, los pueblos indígenas presentaron sus danzas tradicionales y abrieron una feria de emprendimientos con sus productos típicos como collares, vestidos y mochilas.
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Se trato de una conmemoración adornada por la belleza de las tradiciones de esta población, pero que al tiempo nos recuerda la importancia que los pueblos indígenas para la construcción de la paz y la necesidad de garantizar un futuro en el que todos podamos convivir en Colombia.