Según el Registro Único de Víctimas en Boyacá están registradas 46.213 víctimas del conflicto armado, en Bogotá 374.901, en Cundinamarca 188.494 y en Tolima 222.235.
Durante el año 2023, la Unidad para las Víctimas trabajó de manera conjunta con las organizaciones, priorizando los espacios de diálogo y concertación para avanzar en la implementación y el cumplimiento de medidas efectivas que aporten al proceso de reparación integral.
Es así, como en el municipio de Cubará, Boyacá, a partir de un encuentro en el territorio y la implementación de una herramienta metodológica con un enfoque participativo y comunitario, la Unidad, junto a la Asociación de Víctimas del Barrio Villa Esperanza (Asodebac),y algunos habitantes del municipio avanzaron en la caracterización para garantizar el acceso en temas como salud, vivienda, atención psicosocial, alimentación, vivienda, reunificación familiar, emprendimientos, entre otros.
En el encuentro, la Asociación de Víctimas del Barrio Villa Esperanza ratificó la voluntad de subsanar la deuda fiscal que impide el desenglobe del predio donde habitan, a partir de la propuesta de venta de un lindero de este lote. Para avanzar en este propósito, será convocada una asamblea para socializar esta propuesta y tomar una decisión de manera colectiva.
Un paso importante que de manera conjunta se da en este territorio donde 1.221 personas han sido víctimas del conflicto armado; es decir, el 11,1% del total de la población que corresponde a 1.964 personas.
De igual manera, en el departamento de Tolima, la Unidad para las Víctimas inició la implementación del Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC) del sujeto Pueblo Pijao Ataco integrado por 2.097 personas de nueve comunidades indígenas que sufrieron la vulneración a los derechos de autonomía, integridad cultural y al territorio.
De esta manera, recibieron la indemnización administrativa para el beneficio colectivo que permitió la adecuación de sus bohíos y sedes de reunión. También, se realizaron diversas jornadas de capacitación sobre liderazgo de las mujeres para el desarrollo y la transformación de las nueve comunidades, abordando temas como la equidad de género, ejecución de proyectos participativos en contextos multiculturales, manejo de emociones y fortalecimiento de iniciativas productivas.
En el mismo municipio de Ataco, Tolima, el sujeto de reparación colectiva Siete Veredas de Oriente (Balsillas, Beltrán, Canoas Copete, Canoas San Roque, Canoas La Vaga, Potreritos y Santa Rita La Mina), tras varios años en espera de una maquinaria amarilla recibió este elemento que permitió dar cumplimiento a esta medida concertada.
Asimismo, fue entregada la dotación de los laboratorios de las instituciones educativas Martín Pomala sede San Roque, Balsilla y la sede principal en el Municipio de Ataco, permitiendo fortalecer la vocación agrícola y agroindustrial de la región, y optimizar los procesos de vinculación y formación técnica y tecnológica de niños y jóvenes de la región.
En la capital colombiana, la Unidad para las Víctimas avanzó en los procesos de retorno, reubicación e integración local con los pueblos indígenas Wuonaan Baud Mos, Misak Misak, Pijao y Emberá Dobida. A partir de un proceso de voluntariedad fueron instaladas mesas técnicas de trabajo con cada comunidad y entidades del orden distrital y nacional, para concertar un plan de trabajo conjunto que aporte al proceso de reparación integral de estas comunidades.
Allí se adelantaron jornadas de caracterización, la identificación de lugares estratégicos que permitan mantener un sentido de comunidad, el trabajo con la tierra, y el fortalecimiento de acciones para mantener su identidad cultural en medio de las dinámicas urbanas, especialmente entre las nuevas generaciones, fueron algunos de los avances con estas comunidades y la Unidad.
De la misma manera, en la localidad de Usme en Bogotá, a partir de un espacio de diálogo con el pueblo indígena Uitoto perteneciente al cabildo indígena Monifue Uruk, por primera vez la Unidad para las Víctimas estableció relación con la comunidad asentada en esta localidad, brindando jornada de asesoría y atención en el territorio.
También, la Unidad acompañó las mesas de participación efectiva de víctimas distritales de Boyacá, Tolima, Cundinamarca y Bogotá, así como las 286 mesas municipales de estos territorios y cada una de las 20 localidades de Bogotá. Ofreciendo asistencia y atención a las mesas entrantes, las cuales representarán los intereses de las y los sobrevivientes durante el siguiente cuatrienio.
En lo referente a la medida de indemnización administrativa, en los tres departamentos y la capital del país fueron entregados recursos por un valor aproximado de 80.000 millones de pesos a personas víctimas del conflicto armado. Durante las diferentes jornadas también fue socializada la importancia de realizar una inversión adecuada de los recursos.
Es así, como la Unidad para las Víctimas avanza en la reparación integral de las víctimas del conflicto, a través de la generación de espacios de diálogo y concertación que permitan el desarrollo de los territorios y la construcción de la paz.
En la Unidad para las Víctimas “Cambiamos para servir” con el objetivo de seguir trabajando en acciones de cara a la implementación de una política que contribuya a la superación de los rezagos, brinde una reparación transformadora y le permita a quienes han padecido el conflicto armado acceder efectivamente a sus derechos.