Luego de conocer el acuerdo en la Mesa de Conversaciones en La Habana (Cuba) entre el Gobierno Nacional y FARC-EP, en lo referente a la temática de personas desaparecidas, el personal de la Unidad para las Víctimas del Eje Cafetero y los coordinadores de las mesas departamentales de participación de víctimas de Risaralda y Quindío celebraron la decisión.
Según las cifras de la Unidad para las Víctimas, en el Eje Cafetero hay un total de 5.626 víctimas de desaparición forzada. El mayor número se presenta en Caldas con 2.480 víctimas; le sigue Risaralda, que registra 2.021 personas víctimas en sus 14 municipios; y a continuación Quindío con 1.125 víctimas.
Según Ernesto Castaño, funcionario de gestión interinstitucional de la Unidad para las Víctimas, “este acuerdo es muy placentero, ya que por fin se le va a poder otorgar una respuesta concreta a los familiares de aquellas víctimas dadas por desaparecidas o enterradas como NN, que llevan años esperando una razón de lo sucedido con sus seres queridos, algo importantísimo en el camino hacia la paz”.
Desde la territorial Eje Cafetero se estarán atendiendo las directrices provenientes del nivel central, en cuanto a la facilitación de las tareas que deberá cumplir la Unidad Especial de búsqueda e identificación de las personas desaparecidas, realizando todo el acompañamiento necesario en este proceso.
De acuerdo a la información suministrada por la Unidad y publicada en su página web www.unidadvictimas.gov.co, desde su creación en 2012, la Unidad para las Víctimas ha invertido alrededor de $355.000 millones de pesos en cerca de 78.000 indemnizaciones administrativas destinadas a las víctimas de este hecho victimizante. Los familiares de personas desaparecidas incluidos en el Registro Único de Víctimas también tendrán derecho a medidas de asistencia como la ayuda humanitaria.
“Recibimos este acuerdo en el tema de desaparición forzada como un punto positivo y además necesario en todo este proceso que estamos viviendo en cuanto a justicia y reparación. […] Son muchas las familias que desean cerrar sus heridas y eso es un verdadero alivio, esto es un real gesto de paz y lo aplaudimos”, argumentó Yuli Andrea Galvis, coordinadora de Mesa Departamental de Víctimas en Risaralda.
El año 2002 fue el período con mayor número de desapariciones forzadas. Desde entonces, hay una disminución considerable de la ocurrencia de estos hechos (se pasó de 14.094 víctimas entre directas e indirectas en 2002 a 127 registradas en 2014).
Por su parte, Rubiel Zapata, coordinador de la Mesa Departamental de Víctimas en el Quindío, indicó que “aplaudimos estos acuerdos en La Habana sobre la entrega de las personas desaparecidas, pero a la vez exigimos la entrega de información que conduzca al encuentro de todas las personas que hayan desaparecido en el país por parte de las FARC. Particularmente, en el departamento del Quindío registramos muchos desaparecidos en municipios como Génova, Córdoba, Pijao y Salento, pero para que sea algo real hay que entregar hasta el último cuerpo, no colocar a los familiares a vivir de ilusiones y causar un dolor mayor”, concluyó.