La atención a las comunidades confinadas por la violencia es una prioridad para la Unidad para las Víctimas. Por ello, la entidad adelanta un recorrido en el que entregó 1.657 kits de ayuda humanitaria en especie a comunidades de los municipios chocoanos de Sipí y Tadó, que han visto restringida su movilidad debido a disputas territoriales entre grupos armados al margen de la ley en esta región del Pacífico colombiano, a orillas del río San Juan.
Entre el 10 y el 15 de junio se realiza un recorrido fluvial por el río San Juan, con el propósito de entregar ayuda humanitaria a las poblaciones ribereñas de los municipios afectados, con una inversión que supera los $1.383 millones. Esta acción beneficia a 4.058 personas que recibirán kits alimentarios que incluyen productos de alto valor nutricional como arroz, fríjol, lentejas, arvejas, zanahorias, harina de trigo, azúcar morena, sal, avena en hojuelas, panela en bloque, leche entera en polvo, café, chocolate, aceite de soya, entre otros productos de fácil preparación y conservación.
Adicionalmente, se entregan kits de aseo personal y de cocina con artículos esenciales para la higiene y el bienestar de las familias afectadas, tales como cepillos de dientes, crema dental, desodorante, jabón de baño, toallas higiénicas, papel higiénico y máquinas de afeitar desechables. También se incluyen insumos para la limpieza del hogar como jabón en barra para ropa, jabón en polvo, jabón de loza en crema y esponjillas metálicas.
Leyner Palacios, director territorial de la Unidad para las Víctimas en Chocó, aseguró que “estos territorios han pasado por más de 13 paros armados, lo que significa que las comunidades, en más de 13 ocasiones, han quedado confinadas en sus territorios sin la posibilidad de movilizarse. Otras, en medio de las confrontaciones entre grupos armados, han tenido que desplazarse. Hoy, la Unidad para las Víctimas llega con una gran ayuda humanitaria: vamos a entregar 92 toneladas de asistencia que cubrirán a 15 comunidades”.
Para entregar esta atención humanitaria, la Unidad articuló esfuerzos con el Consejo Comunitario General del San Juan (Acadesan), además de las alcaldías de Sipí y Tadó, donde se ubican las comunidades afectadas, entre ellas las de Chambacú, San Agustín, Buenas Brisas, Cañaveral, Teatino, Loma de Chupey, Marquesa, Tanandó, Santa Rosa, Sanandocito, Barrancón, Barranconcito, Charco Largo y Charco Hondo.
“Estas ayudas son de suma importancia para todas las personas que hoy nos encontramos desplazadas de nuestras comunidades porque mitigan un poco el hambre y las necesidades que vivimos aquí en Istmina. La vida aquí no es fácil, hay que pagar todo, transporte, arriendo, comida. En nuestras comunidades teníamos el pancoger y eso siempre aliviaba, por decirlo así, en un 80% los gastos”, expresó Verónica Hurtado, quien residía en el corregimiento de Barranconcito, en Sipí, y actualmente se encuentra en Istmina por miedo a que su territorio esté minado con artefactos explosivos.
De esta manera, la Unidad para las Víctimas avanza en su compromiso de contribuir a la dignificación de las víctimas del conflicto armado en el país, garantizando respuestas efectivas que reconozcan sus derechos y fortalezcan la presencia institucional en las regiones más afectadas por la violencia. A través de estas acciones, reafirma su labor de acompañamiento, reparación y reconstrucción del tejido social de las comunidades más vulnerables.
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