El espacio ‘Transformando el sufrimiento en superación’ en Mocoa, Putumayo, contó con el apoyo de la Unidad para las Víctimas y se convirtió en un escenario de empoderamiento y solidaridad para las mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado.
En el encuentro se rindió un homenaje a las valientes sobrevivientes y se reafirmó el compromiso de las entidades en la lucha contra la violencia de género y la reparación integral de las víctimas.
Según cifras del Registro Único de Víctimas (RUV), 1.157 personas han sido víctimas en su integridad física y sexual en Putumayo; de estas, 1.060 son mujeres, lo que revela la necesidad urgente de generar conciencia y tomar medidas efectivas de reparación que permita a las víctimas sanar heridas y sobreponerse a pesar del dolor.
Durante la jornada se realizó un cine foro en el que se proyectó la película ‘El color púrpura’. Esta elección cinematográfica permitió abordar temas relacionados con la violencia sexual y el empoderamiento femenino. Además, las asistentes reflexionaron en torno a sus propias experiencias y encontrar inspiración en los testimonios de superación de los personajes.
El grupo de enfoque psicosocial de la Unidad para las Víctimas desempeñó un papel fundamental en el acto, brindando apoyo y acompañando a cada una de las víctimas presentes. Los profesionales trabajaron de cerca con ellas, ofreciéndoles un espacio seguro para expresar sus emociones y recordarles su capacidad transformadora para afrontar las dificultades. Asimismo, se les recordó el compromiso de la Unidad en brindarles los recursos y las herramientas necesarias para promover su recuperación emocional y su empoderamiento continuo.
Uno de los momentos más conmovedores de la jornada fue el abrazo colectivo al finalizar el evento, el cual representó la necesidad de seguir luchando por la erradicación de la violencia de género y el apoyo inquebrantable a las sobrevivientes.
Resaltar el poder transformador de las víctimas del conflicto armado es una de las apuestas más importantes de la Unidad para las Víctimas. Seguimos trabajando para dignificarlas y reconocer su capacidad de cambiar las condiciones de vida de sus familias, comunidades y territorios; son las víctimas del conflicto armado quienes hoy deben tener la palabra, pues son quienes han dado segundas oportunidades y son el referente ético y moral para guiar al país hacia la Paz Total.