Este 28 de mayo, en la conmemoración de la Semana del Detenido Desaparecido, la Unidad para las Víctimas en el Eje Cafetero se unió a los actos solemnes realizados en esta región del país con la obra artística “Laberinto de Ausencias”, del colectivo Magdalenas por el Cauca, la cual se llevó a cabo en la Plaza de Bolívar de Pereira.
Durante la actividad, las familias caminaron por un laberinto elaborado con 4.000 fotografías de personas desaparecidas en el Eje Cafetero y Valle del Cauca, recordando el dolor de la pérdida, pero dándole espacio especial a la esperanza de llegar a un fin con la búsqueda imparable. Este acto de recordación no solo buscó honrar la memoria de quienes han sido arrebatados de sus seres queridos, sino también reafirmar el compromiso inquebrantable con la verdad, la justicia y la reparación integral.
De acuerdo con el Registro Único de Víctimas, en el Eje Cafetero, por ocurrencia, hay 6.544 víctimas de desaparición forzada, en su mayoría madres, hermanas y abuelas que han abanderado esa búsqueda. Ese es el caso de Libia Ospina quien, en el Laberinto de Ausencias, encontró el rostro de su hermano Diego Fernando Ospina, desaparecido en 2004 en Ciénaga, Magdalena y encontrado muerto en el 2023.
Durante el encuentro, apoyado por la Universidad del Área Andina, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y la Gobernación de Risaralda, las familias tuvieron la oportunidad de reunirse para hablar de la dignidad, el coraje y el perdón que requiere todo este proceso de la búsqueda.
“Hoy, en este espacio, quiero pedirles perdón por la violencia que han tenido que vivir. Hace años contribuí a que sintieran ese dolor, pero hoy anhelo ayudarles a encontrar a sus desaparecidos”, expresó Deisy Osorio, excombatiente de las antiguas Farc, quien también vivió en carne propia este flagelo con más de cinco familiares mientras pertenecía a ese grupo armado.
Desde la Unidad, la directora territorial, Katherine García Ochoa, reafirmó el compromiso de la entidad con las víctimas al explicar que la desaparición forzada “es un hecho que ha persistido en el tiempo y que se ha vivido a gran escala en el Eje Cafetero. Nuestro compromiso es acompañar a las víctimas en cada paso de la reparación integral y ser el puente para que esos desaparecidos puedan volver a sus hogares”.
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La obra permaneció abierta al público durante todo el día y cientos de pereiranos participaron en un ejercicio de memoria y reflexión con los rostros de las víctimas. Al finalizar la jornada, las familias caminaron por el Laberinto y adornaron las fotos con flores, cartas y agua mientras las buscadoras repetían al unísono: “Buscarlos por cielo, mar y tierra, hasta encontrarlos”, por ello confirmaron que la memoria, aunque a veces es difusa, conserva los detalles de cada cuerpo que ellas buscan.
VR/GL