Rafael esperó muchos años para llegar al perdón. Y hoy, una tarde de octubre, cuando han pasado 13 años desde la masacre en Las Brisas (San Juan Nepomuceno, Bolívar) donde murieron 12 personas, 3 de las cuales eran sus familiares, está emocionado y nervioso porque al frente suyo hay un monumento que en nombre de las víctimas, y como parte de una diligencia judicial, mandaron construir, los postulados de Justicia y Paz, Úber Enrique Bánquez, alias ‘Juancho Dique’ y Edward Cobos Téllez alias ‘Diego Vecino’. Lo acompaña su hijo, José Alfredo, y está por llegar Liliana, su esposa. El niño, que no hace muchos días cumplió 11 años, lleva en su mano una rosa blanca que espera entregarle a uno de los desmovilizados en señal de perdón.
–‘Diego Vecino’, dice, pero Rafael lo corrige:
– Para mí ‘Diego Vecino’ ya no existe, yo quiero conocer a Edward Cobos.
La pertenencia de ‘Diego Vecino’ al bloque Héroes de los Montes de María se conoció hacia 1999, dos años después de su creación, cuando tomaron el nombre de Bloque Sucre-Bolívar -según informes de la Comisión Nacional de Reconciliación-. Él era quien tenía el mando funcional, administrativo y económico, obviamente, bajo las órdenes Carlos Castaño y Salvatore Mancuso.
Sin embargo, estos acontecimientos pasan a un segundo plano al estar al pie del monumento que, según Rafael, “le devuelve a San Juan una parte de lo que nos quitaron, porque ellos, todos los muertos, eran campesinos honorables, buenos, trabajadores, no eran colaboradores de grupos armados”.
Rafael es campesino y tiene una chispa extraordinaria para conversar. Con 45 años de edad conserva sus tradiciones, y es, a pesar de haber salido del campo hace más de una década, un buen cultivador de ñame, domador de mulos y conocedor de caminos. Observa la obra de arte, al contraluz de la canícula, repasa los nombres grabados allí y enhebra con precisión cada episodio de su vida antes y después del 2.000, cuando cayeron 12 campesinos y cerca de 200 familias salieron desplazadas, por temor a ser borradas de la faz de la tierra, del corregimiento de Mampuján y de las veredas Las Brisas, Pela el Ojo, Casinguí y Aguas Blancas.
“En la masacre cayó tío, suegro, primos y cuñados. Ellos vivían en Botijuela, pero como la casa del abuelo era grande, luego se fueron para Las Brisas. Allá permanecían tío Joaquín, la señora Etelinda y las otras hermanas, Sandra, Martha y Liliana”, comenta Rafael.
La tragedia de los Posso también fue su tragedia porque, más allá del lazo de sangre, eran como hermanos. Por eso, en medio del orgullo de haber logrado el monumento, no puede ocultar su nostalgia, pues los dos muchachos tenían para él mucho significado:
“Sabes, esos dos pelados se levantaron conmigo. Te estoy hablando de José Joaquín Posso y Alfredo Luis Posso. Desde niños empezamos a compartir un tiempo. Allá todos nos dedicábamos al campo, y a pesar de que mi infancia fue en Botijuela, yo iba mucho a Las Brisas y allá empezamos a conocernos. Hasta en las vacaciones, que no eran vacaciones, porque nos tocaba trabajar. Hay muchas anécdotas, juntos, pero cómo olvidar que por ahí cerca había un señor que hacía panela y nosotros le ayudábamos a arriar los mulos, con la intensión de que de recompensa nos diera el postre que quedaba; súmele a eso que estudié con ellos”.
Si estos tres muchachos querían jugo de caña, lo obtenían en la misma finca, y si un día cualquiera su intención era ir al río, lo hacían sin problemas en las trancas, pequeños depósitos de agua que construían para convertirlos en verdaderas piscinas naturales.
“Solíamos también pescar moncholo, que es un pescado típico de esta zona, robusto, los dientes finitos y con la boca grande”.
De repente, la gente empieza a sembrar junto al monumento algunas plantas que adornarán el sitio en adelante. Y Rafael vuelve a la escuela, a las charlas frecuentes con Alfredo Luis. Él era un muchacho entregado a la vida del campo y que, con apenas 29 años, ya había ganado algunas cosas:
“Alfredo solo estudió la primaria y medio año del bachillerato. Él me decía que el tiempo que iba a demorar era de 6 años, que mejor se ponía a conseguir su propia finca. El día que lo mataron, Alfredo ya tenía 29 reses: toros, vacas, terneros, un caballo de carreras y un burro especial, un burro prieto”.
A diferencia de los burros que deambulan por todos los lugares en la región Caribe, los llamados ‘burros prietos’ son de color negro azabache. Los pobladores los consideran especiales pues esta raza tiene una fuerza asombrosa, al punto que los comparan con la fuerza de los mulos.
Llega Liliana, su prima y actual esposa. Rafael sonríe. “Nunca lo pensé en la vida. Yo siempre decía que con familia nada, pero me tocó callar porque me quedé con una prima hermana. Fue superior la belleza interna y física y la comprensión. Me ganó la idea de que mis cuñados fueran como mis hermanos, de que mi tío decía que prefería que un conocido se quedara con ellas a que lo hiciera un desconocido”.
La conoció cuando ella tenía 12 años y él se acercaba a los 18. La conquistó con su simpatía, su ‘mamadera e gallo’ -como dicen en la costa a las personas jocosas y de buen conversar-. Curiosamente, ser buen cultivador de ñame le valió para ganarse el afecto de su tío, que luego se convirtió en su suegro.
“Una de las formas en que los padres probaban a los yernos era poniéndolos a trabajar. Mi tío tenía una teoría: el ñame depende de la mano. No todo el que sembraba ñame se le daba. Y eso me dio muchísimos puntos, porque yo salí con buena mano. Un día dijo: ‘De hoy en adelante nadie más me siembra el ñame sino tú”.
Su historia de amor ocurre en una vereda llamada Las Brisas. Claro que no fue color de rosa. Durante 6 años, Marta, la mayor de los Posso, estuvo distante de su primo ‘Rafa’, pero el liderazgo en beneficio de las víctimas los hizo unir. Ella comprendió que él era un buen prospecto para su hermana Liliana. También, pese a la buena relación con Alfredo y Joaquín, hubo ciertos roces el día en el que por primera vez, vieron a Rafael acariciar la mejilla de Liliana:
–Qué te está pasando –dijo Alfredo.
–Nada, cálmate, ven, charlamos y te cuento, y si quieres a los puños, también te cuento –respondió Rafael.
Al recordar este pasaje, reflexiona sobre lo que pudo haber pasado si aquel muchacho, alto, fornido, fuerte, de pocas palabras y de carácter recio, hubiera optado por la segunda opción. A otro precio habría sido una pelea con José Joaquín, que era más delgado y bajito.
Aunque en principio Etelinda no consintió la relación entre Rafael y Liliana, hoy en día comparte con su yerno ideas y proyectos: “Ninguno de los dos hace nada sin antes consultarnos mutuamente; hay una relación muy hermosa”.
A finales de 1988, Rafael terminó el bachillerato en el colegio de San Juan Nepomuceno y emprendió varias tareas para ganarse la vida, eso sí, sin desprenderse del campo.
“Terminé el bachillerato y me formé como Técnico Profesional en Manejo y Aprovechamiento de Bosques, después hice un diplomado en Auditoría Ambiental Comunitaria porque siempre, mira, yo te comento, todos los estudios que podíamos realizar era pensando en el campo”, comenta.
Capacitarse en esta área tiene todo el sentido en San Juan, dado que la región de Los Montes de María es una despensa agropecuaria, y es un paso obligado hacia otros centros económicos lo cual facilita el acceso al mar Caribe y a sus puertos. Allí sobresalen la producción de ñame, plátano y ganadería.
Por si fuera poco, en jurisdicción de San Juan Nepomuceno, al costado derecho, sobre la troncal de occidente que conduce a San Jacinto, se halla una importante reserva natural declarada por Naciones Unidad como Patrimonio Natural de la Humanidad conocida como Parque Los Colorados.
Debe su nombre al mono colorado, un animal que lo habita. La riqueza de esta reserva es inagotable, y son comunes allí especies maderables como el guayacán, “carreto”, ceiba amarilla, palma de chontaduro, entre otras. Desde su creación, en 1977, la zona ha tenido fines educativos y científicos, pero con la incursión del bloque ‘Héroes y Mártires de los Montes de María’ sus 1.000 hectáreas de bosques tropicales se han visto amenazadas. Hoy, Rafael se encuentra en un cruce de sentimiento.
“Es algo que hoy le tengo miedo. Estamos luchando por el retorno y estamos luchando por el campo, pero en cierta forma todavía hay un miedo que se encierra”.
El amor entre Liliana y Rafael inició formalmente en la década del 90 en medio de un abanico de oportunidades.
“Ella se viene a estudiar, yo soy el tutor de ella, y eso ayuda un poco. Nos comprendimos, y por eso llegamos a los que somos hoy: una familia”.
Por supuesto, en una familia cristiana como la de los Posso, Etelinda no dio la bendición a Rafael, sino hasta el momento en el que se casaron por la Iglesia. Y así fue: el 25 de diciembre del 2001, en la parroquia central de San Juan Nepomuceno, dos primos vigorizaron su sangre, bebieron del beso sagrado -que a este punto tenía la pulcritud del cáliz- y contrajeron matrimonio.
Luego, Rafael tuvo que dejar su tierra por un tiempo, pero a diferencia de Efraín, su “María” ni enfermó ni cayó en lamentaciones que lo hicieran regresar. Lejos de casa se desempeñó como electricista y estudió electrónica. Su regreso tuvo relación con el grado de Liliana en la Normal, y la nueva labor de ella como docente en el sur de Bolívar.
Mucho de lo aprendido Rafael quiso llevarlo a San Juan, pero la falta de instrucción impedía que lo lograra.
“Nosotros queríamos compartir estas experiencias pero no teníamos cómo hacerlo. Comprendimos que había que organizarnos, entonces conseguimos 50 personas y le llevamos el listado al instructor y conseguimos que nos capacitaran, y es algo que nos ha servido para lo que queremos mostrar”.
Su hermano mayor, Efraín, trabajaba en La Mutual, una IPS de Cartagena y era amigo del gerente de la óptica Santa Lucía quien para la época montó una sucursal en San Juan. Allí surgió una nueva oportunidad laboral para él. “Necesitaban una secretaria y un carpintero. Yo era el carpintero y la secretaria, mi hermana Juliana”.
El espíritu de lucha de Rafael inició antes de la tragedia del 2000. Desde que trabajó en el gasoducto demostró valentía e ímpetu en la defensa de causas justas, aunque estas le costaran el empleo. “Recuerdo que nos pagaban $3.000, y yo había leído que por derecho tenían que pagarnos $9.000; lógicamente yo armé la protesta y cuando terminó, me echaron”.
Luego de ese episodio, y marcado por la valentía, decidió acompañar a Martha a la reuniones que apenas iniciaban en el proceso que hoy es un caso exitoso de reparación colectiva.
Ya se han sembrado 6 corales en el parque, planta originaria de América del Sur, que tiene en la punta de sus flores unidades reproductivas, de cuyo tallo enverdecido surgen flores bañadas entre el rojo y el carmín, y que es para ellos el símbolo de la vida en San Juan.
“El coral sembrado en el parque es muestra de la diversidad que tenemos en las veredas. Son de buen tamaño, porque la idea es que el jardín no tape el monumento. Por eso escogimos el coral, porque, como puede ver, es una planta prodigiosa que siempre está florecida”, agrega Rafael.
Además, para él, el monumento significa ver a los campesinos como son: personas honorables, valiosas, que cortan el monte, cultivan la tierra, en fin, la síntesis del campesino.
Justo ahora, la mayor felicidad de Rafael está en brazos de su padre, quien balancea por el parque Olaya a su hija Gisel, de 15 meses. A cada paso se oye cómo el longevo la mira a los ojos y después de entonarle una canción de Alejo Durán, le dice: “Vamos niña, canta”. Y la pequeña solo sonríe. Su hijo, “el Campeón”, y Liliana, su “corazón”, completan su cuadro feliz:
“Ver a mi familia aquí, me llena de alegría. El único que no está es Yovani, porque anda trabajando en Barranquilla, pero usted no imagina cómo al ver estos niños en cierto modo ayuda a perdonar, porque quiere decir que la vida sigue y sigue en paz. Eso es lo que me da vida a mí -mientras observa el monumento-. Cuando pase por el parque, mi orgullo se va a poner a mil, pues no en todas partes se le hace un monumento al campesino”.
Una persona anuncia que Edward Cobos no irá. Rafael mira a Alfredo, lo abraza y susurra en su oído. Por ahora el niño pospone la entrega de la rosa blanca.
La masacre de Las Brisas y el desplazamiento en Mampuján son capítulos de todo un tratado sobre el horror paramilitar en los Montes de María, pero Rafael cree en la reparación de las víctimas y se ha convertido en símbolo de la reconciliación. Antes de devolverse a ese sector de su memoria en el que se instaló el terror que fragmentó las ilusiones en Las Brisas y Mampuján, prefiere desmalezar esos recuerdos, remembrar las cosas positivas y atisbar los buenos tiempos que llegan.
“Tenemos la mejor comida del mundo: ñame espino, yuca, suero. Son el principal recurso económico de la zona, con muy buenas proteínas; si te fijas, nunca verás a los niños ‘pipones’, ni en huesos, siempre están bien”.
Y no se equivoca: en San Juan -aunque se desconoce perfectamente el origen del ñame-, se encuentran 20 variedades.
Han sido 12 años de lucha. Y llegará el tiempo en el que Rafael dé un paso al costado. Para ese momento anhela “vivir en paz en la finca, en el campo, porque mis mejores vivencias fueron en mi infancia y así quiero que sea mi vejez”.
Mientras tanto, sabe que aún debe estar al frente del proceso de la reparación y que todavía hay valores por rescatar, como el tamarindo. A este árbol -referenciado en varias actividades e incluso fotografiadas por un talentoso reportero gráfico en el 2009-, le dieron durante una década la connotación de campamento guerrillero, cuando era, para la comunidad, un símbolo de unión.
“Allí compartíamos, con Mampuján y María La Baja, la compraventa y los intercambios culturales, deportivos y los productos. Para nosotros el tamarindo era una fiesta. Y queremos que esa connotación de campamento, muera”.
Igualmente, su deseo es que San Juan recupere su fortín productivo. “Es algo que realmente se merece esta región para comenzar de cero, aunque sea difícil. Queremos que la carga del campesino sea asegurada, que cuando salga el ñame, los campesinos vuelvan a tener sus remesas. A cambiar ñame por arroz”.
En medio de la tragedia de la familia Posso, Rafael se reencontró con un talento que tenía guardado desde la infancia. Así fue como decidió contar la masacre de Las Brisas, a través de 13 láminas, en medio del temor de abrir las heridas. “Empecé tarde a hacerlo, porque tenía miedo de que causara dolor, pero cuando lo hice fue como exorcizarlo, sanar el alma, madurar el duelo”.
Con los dibujos, Rafael se atrevió a construir parte de la memoria histórica, que se suma a otras iniciativas de memoria en los Montes de María, como el Colectivo de Comunicaciones o los telares de Mampuján, que bordan una historia contada desde la narrativa de los sobrevivientes.
“Yo quise comentarle a la comunidad mi vida y mis experiencias. Lo hago, no solo con dibujos, sino con poesía, canciones y décimas -estas últimas quedan siempre en el tintero-. La música, como el arte de dibujar, es algo que creció con él, incluso, fue una canción, la que selló el pacto de amor con Liliana. Justo ahora, suelta el lápiz de la memoria y baja del recuerdo una tonada: ‘Juntos hasta el final’:
Una hermosa tarde que llegaste tú / ahí brilló la estrella que me dio la luz. /Hoy somos felices, las flores no mueren cuando estás conmigo. (…) y seremos muy felices toda una eternidad. (Bis)
La lucha de Rafael no ha sido en vano, y su liderazgo no encuentra linderos en las 12 víctimas de la masacre del 2000, va más allá, porque su propósito es la reparación integral de las casi 16.050 mil víctimas estimadas en este municipio, dentro de las cuales, el desplazamiento ocupa el índice más elevado, con cerca de 14.808 casos asociados, seguido de hechos relacionados con masacres y homicidios, cuya cifra asciende a 813, según datos oficiales en septiembre del 2013. Es un número elevado si se tiene en cuenta que en Bolívar hay 299.813 víctimas.
El proceso en San Juan avanza. Y esto satisface a Rafael, quien ve cómo las víctimas cada vez tienen más confianza en el Estado. El solo hecho de que entre el 2012 y septiembre del 2013, se hayan realizado 1.477 declaraciones, significa que las víctimas quieren reparación y tienen menos miedo que otrora.
Además, en estos dos años de aplicación de la Ley 1448 del 2011, han sido indemnizadas 387 personas, de las cuales, 157 se refieren a sentencias judiciales como la No. 34547 del Tribunal Superior de Bogotá. Las inversiones en indemnizaciones son superiores a los 3.974 millones de pesos.
La Unidad para las Víctimas consolida el retorno colectivo de 117 familias de Mampuján viejo. Del mismo modo, el Gobierno lidera el proyecto de la escuela y el puesto de salud en este corregimiento, y se espera que la Unidad asuma los costos de diseño del acueducto comunitario.
La jornada en San Juan termina y la gente vuelve a casa. En un costado del parque Olaya hay doce campesinos en mulo. Vendrán nuevos días en esta dinámica de la reparación, que no cabe duda, será exitosa. Triunfará, como triunfó el amor de Rafael y Liliana.
El 28 de octubre del 2013 ambos sembraron una planta de coral en el jardín para, juntos, celebrar la vida, y en verdad que se trata de celebrar la vida, porque justo a dos metros, están Gisel y José Alfredo -sus hijos- y observan.
En total plantaron 12 corales que crecerán a la medida justa para adornar este monumento que se convirtió en símbolo de reconciliación en esa comunidad de San Juan y de los Montes de María.
Suscríbete a nuestro boletín semanal con nuestras últimas notas y la actualidad de La Unidad para las Víctímas.
Carrera 85D No. 46A – 65
Complejo logístico San Cayetano
Conmutador: +57 (601) 7965150
Medellín:
Calle 49 No 50-21 piso 14
Edificio del Café
Código Postal: 050010
Línea nacional:
+018000911119.
Teléfono conmutador:
+57 (601) 426 11 11.
Correo institucional:
servicioalciudadano @unidadvictimas.gov.co
Notificaciones judiciales:
notificaciones.juridicauariv @unidadvictimas.gov.co
Horario de atención:
Lunes a viernes.
Ventanilla única:
08:00 a.m. – 04:00 p.m.
Puntos de Atención y Centros Regionales
Unidad en línea
Unidad para las Víctimas
Estado de cumplimiento
Creemos firmemente que Internet debe estar disponible y accesible para todos, y estamos comprometidos a proporcionar un sitio web que sea accesible para la audiencia más amplia posible, independientemente de las circunstancias y la capacidad.
Para cumplir con esto, nuestro objetivo es adherirnos lo más estrictamente posible a las Directrices de Accesibilidad al Contenido Web 2.1 (WCAG 2.1) del World Wide Web Consortium (W3C) en el nivel AA. Estas pautas explican cómo hacer que el contenido web sea accesible para personas con una amplia gama de discapacidades. Cumplir con esas pautas nos ayuda a garantizar que el sitio web sea accesible para todas las personas: personas ciegas, personas con discapacidad motora, discapacidad visual, discapacidad cognitiva y más.
Este sitio web utiliza varias tecnologías destinadas a hacerlo lo más accesible posible en todo momento. Utilizamos una interfaz de accesibilidad que permite a las personas con discapacidades específicas ajustar la interfaz de usuario (interfaz de usuario) del sitio web y diseñarla según sus necesidades personales.
Además, el sitio web utiliza una aplicación basada en IA que se ejecuta en segundo plano y optimiza constantemente su nivel de accesibilidad. Esta aplicación repara el HTML del sitio web, adapta su funcionalidad y comportamiento para los lectores de pantalla utilizados por los usuarios invidentes y para las funciones del teclado utilizadas por las personas con discapacidad motora.
Si ha encontrado un mal funcionamiento o tiene ideas para mejorar, estaremos encantados de saber de usted. Puede comunicarse con los operadores del sitio web utilizando el siguiente correo electrónico servicioalciudadano@unidadvictimas.gov.co
Lector de pantalla y navegación con teclado
Nuestro sitio web implementa la técnica de atributos ARIA (Accessible Rich Internet Applications), junto con varios cambios de comportamiento diferentes, para garantizar que los usuarios ciegos que visitan con lectores de pantalla puedan leer, comprender y disfrutar de las funciones del sitio web. Tan pronto como un usuario con un lector de pantalla ingresa a su sitio, inmediatamente recibe un aviso para ingresar al perfil de lector de pantalla para que pueda navegar y operar su sitio de manera efectiva. Así es como nuestro sitio web cubre algunos de los requisitos más importantes del lector de pantalla, junto con capturas de pantalla de consola de ejemplos de código:
Optimización del lector de pantalla: ejecutamos un proceso en segundo plano que aprende los componentes del sitio web de arriba a abajo, para garantizar el cumplimiento continuo incluso cuando se actualiza el sitio web. En este proceso, proporcionamos a los lectores de pantalla datos significativos utilizando el conjunto de atributos ARIA. Por ejemplo, proporcionamos etiquetas de formulario precisas; descripciones de íconos accionables (íconos de redes sociales, íconos de búsqueda, íconos de carrito, etc.); guía de validación para entradas de formulario; roles de elementos como botones, menús, diálogos modales (ventanas emergentes) y otros. Además, el proceso en segundo plano escanea todas las imágenes del sitio web y proporciona una descripción precisa y significativa basada en el reconocimiento de objetos de imagen como una etiqueta ALT (texto alternativo) para las imágenes que no se describen. También extraerá textos que están incrustados dentro de la imagen, utilizando una tecnología OCR (reconocimiento óptico de caracteres). Para activar los ajustes del lector de pantalla en cualquier momento, los usuarios solo necesitan presionar la combinación de teclado Alt+1. Los usuarios de lectores de pantalla también reciben anuncios automáticos para activar el modo de lector de pantalla tan pronto como ingresan al sitio web.
Estos ajustes son compatibles con todos los lectores de pantalla populares, incluidos JAWS y NVDA.
Optimización de la navegación con teclado: el proceso en segundo plano también ajusta el HTML del sitio web y agrega varios comportamientos mediante el uso de código JavaScript para que el sitio web funcione con el teclado. Esto incluye la capacidad de navegar por el sitio web usando las teclas Tab y Shift+Tab, operar menús desplegables con las teclas de flecha, cerrarlos con Esc, activar botones y enlaces usando la tecla Enter, navegar entre elementos de radio y casillas de verificación usando las teclas de flecha y completarlos con la barra espaciadora o la tecla Enter. Además, los usuarios del teclado encontrarán menús de navegación rápida y omisión de contenido, disponibles en cualquier momento haciendo clic en Alt+1, o como los primeros elementos del sitio mientras navegan con el teclado. El proceso en segundo plano también maneja las ventanas emergentes activadas moviendo el enfoque del teclado hacia ellas tan pronto como aparecen, y no permite que el enfoque se desvíe fuera de él.
Los usuarios también pueden usar accesos directos como "M" (menús), "H" (encabezados), "F" (formularios), "B" (botones) y "G" (gráficos) para saltar a elementos específicos.
Perfiles de discapacidad admitidos en nuestra web
Modo seguro para epilepsia: este perfil permite a las personas con epilepsia utilizar el sitio web de forma segura al eliminar el riesgo de convulsiones que resultan de las animaciones intermitentes o parpadeantes y las combinaciones de colores arriesgadas.
Modo para personas con problemas de visión: este modo ajusta el sitio web para la comodidad de los usuarios con problemas de la vista, como vista degradada, visión de túnel, cataratas, glaucoma y otros.
Modo de discapacidad cognitiva: este modo brinda diferentes opciones de asistencia para ayudar a los usuarios con deficiencias cognitivas, como dislexia, autismo, CVA y otras, a concentrarse en los elementos esenciales del sitio web con mayor facilidad.
Modo compatible con TDAH: este modo ayuda a los usuarios con TDAH y trastornos del neurodesarrollo a leer, navegar y concentrarse en los elementos principales del sitio web con mayor facilidad, al tiempo que reduce significativamente las distracciones.
Modo ciego: este modo configura el sitio web para que sea compatible con lectores de pantalla como JAWS, NVDA, VoiceOver y TalkBack. Un lector de pantalla es un software para usuarios ciegos que se instala en una computadora y un teléfono inteligente, y los sitios web deben ser compatibles con él.
Perfil de navegación del teclado (discapacidad motora): este perfil permite a las personas con discapacidad motora operar el sitio web utilizando las teclas Tabulador, Mayús+Tabulador y las teclas Intro del teclado. Los usuarios también pueden usar accesos directos como "M" (menús), "H" (encabezados), "F" (formularios), "B" (botones) y "G" (gráficos) para saltar a elementos específicos.
Ajustes adicionales de interfaz de usuario, diseño y legibilidad
Ajustes de fuente: los usuarios pueden aumentar y disminuir su tamaño, cambiar su familia (tipo), ajustar el espaciado, la alineación, la altura de la línea y más.
Ajustes de color: los usuarios pueden seleccionar varios perfiles de contraste de color, como claro, oscuro, invertido y monocromático. Además, los usuarios pueden intercambiar combinaciones de colores de títulos, textos y fondos, con más de 7 opciones de color diferentes.
Animaciones: los usuarios epilépticos pueden detener todas las animaciones en ejecución con solo hacer clic en un botón. Las animaciones controladas por la interfaz incluyen videos, GIF y transiciones intermitentes de CSS.
Resaltado de contenido: los usuarios pueden optar por enfatizar elementos importantes como enlaces y títulos. También pueden optar por resaltar solo los elementos enfocados o suspendidos.
Silenciamiento de audio: los usuarios con dispositivos auditivos pueden experimentar dolores de cabeza u otros problemas debido a la reproducción automática de audio. Esta opción permite a los usuarios silenciar todo el sitio web al instante.
Trastornos cognitivos: utilizamos un motor de búsqueda que está vinculado a Wikipedia y Wiktionary, lo que permite a las personas con trastornos cognitivos descifrar significados de frases, iniciales, jerga y otros.
Funciones adicionales: brindamos a los usuarios la opción de cambiar el color y el tamaño del cursor, usar un modo de impresión, habilitar un teclado virtual y muchas otras funciones.
Compatibilidad con el navegador y la tecnología de asistencia
Nuestro objetivo es admitir la gama más amplia posible de navegadores y tecnologías de asistencia, para que nuestros usuarios puedan elegir las herramientas que mejor se adapten a ellos, con la menor cantidad de limitaciones posible. Por lo tanto, hemos trabajado muy duro para poder admitir todos los sistemas principales que comprenden más del 95 % de la cuota de mercado de los usuarios, incluidos Google Chrome, Mozilla Firefox, Apple Safari, Opera y Microsoft Edge, JAWS y NVDA (lectores de pantalla), tanto para usuarios de Windows como de MAC.
Notas, comentarios y retroalimentación
A pesar de nuestros mejores esfuerzos para permitir que cualquier persona pueda ajustar el sitio web a sus necesidades, todavía puede haber páginas o secciones que no son completamente accesibles, están en proceso de hacerlo o carecen de una solución tecnológica adecuada para hacerlo accesible. Aún así, estamos mejorando continuamente nuestra accesibilidad, agregando, actualizando y mejorando sus opciones y funciones, y desarrollando y adoptando nuevas tecnologías. Todo ello para alcanzar el nivel óptimo de accesibilidad, siguiendo los avances tecnológicos. Para obtener ayuda, comuníquese con servicioalciudadano@unidadvictimas.gov.co