Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas

Unidad para las Víctimas lideró un año de transformación y compromiso con las comunidades étnicas

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En el Gobierno del Cambio, la justicia, la equidad y el enriquecimiento cultural convergen en una trama de transformación. Cada comunidad es protagonista de su propio camino hacia un futuro más justo, inclusivo y respetuoso, y los avances que se registraron en este último año reflejan la dedicación compartida y el compromiso con la construcción de un país donde todas las comunidades sean valoradas y respetadas.

Un ejemplo es el pueblo Nukak, que viene asumiendo un papel protagónico en su búsqueda de justicia y reparación. A través de un compromiso colectivo, han logrado avances significativos en la recuperación de sus derechos territoriales y culturales. La presentación de una demanda en diciembre del año pasado ante el juez de restitución de tierras en Villavicencio marcó un momento histórico. Y la admisión de esta demanda, en julio de este año, dio paso a un proceso judicial para restaurar los derechos territoriales del pueblo Nukak.

La creación de una instancia Nukak, liderada por el Ministerio del Interior y con la participación activa de la Unidad para las Víctimas, refuerza su lucha. La instalación de este espacio en San José del Guaviare, donde se forjaron acuerdos cruciales, destaca la relevancia de este proceso en la construcción de un futuro más justo y respetuoso. Además, el compromiso del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) de abordar la violencia sexual proporciona apoyo a esta causa. El papel fundamental del pueblo Nukak y el compromiso compartido de diversos actores son la base de estos logros en un proceso de transformación y cambio. Cada paso dado es un testimonio del camino hacia la justicia y la reparación.

Por otro lado, la equidad y la inclusión se entrelazan con los compromisos avanzados en los acuerdos para las comunidades negras en el Gobierno del Cambio. El Plan Nacional de Desarrollo “Colombia Potencia de Vida” ha dado un impulso trascendental. La concertación de planes específicos de prevención, protección y atención de consejos comunitarios del Chocó y Bolívar, durante las jornadas en Bogotá entre el 24 y el 28 de julio, refleja un esfuerzo por forjar una sociedad más equitativa.

La participación de la Unidad para las Víctimas, la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría garantiza la integralidad de los acuerdos. De igual forma, el respeto a las particularidades culturales y organizacionales de los diversos pueblos afrodescendientes subraya un enfoque inclusivo y sensible. La relevancia del Auto 005 como respaldo fundamental resalta el poder transformador de la concertación y el compromiso con un futuro donde la equidad y la diversidad son celebradas y respetadas.

El enriquecimiento cultural y comunitario florece con los planes integrales de reparación colectiva de las kumpañyas de Sampués, Sabanalarga y Envigado. Después de ocho años de espera, la adquisición de predios para sus casas de cultura marca un hito en la construcción de un futuro más enriquecedor. Los 1000 millones de pesos aportados por el Ministerio de Cultura para cada casa refuerzan este compromiso.

La entrega de documentos requeridos por las alcaldías municipales para la asignación de terrenos destaca la esencia cultural de estas comunidades. No se trata solo de espacios físicos, sino de refugios esenciales para actividades y tradiciones culturales. El camino hacia la consolidación de espacios de enriquecimiento cultural es un testimonio del poder transformador de la reparación colectiva.

En la Unidad para las Víctimas “Cambiamos para servir” con el objetivo de seguir trabajando en acciones de cara a la implementación de una política que contribuya a la superación de los rezagos de la violencia, brinde una reparación transformadora y le permita a quienes han padecido el conflicto armado acceder efectivamente a sus derechos.