El narcotráfico ha sido una de las causas más crueles del conflicto armado en Colombia. Miles de familias fueron desplazadas, asesinadas o despojadas de sus territorios por economías ilícitas que han alimentado la violencia. Cuestionar la política del Gobierno nacional en la lucha contra el narcotráfico es también desconocer el dolor y la resistencia de las víctimas, que hoy claman por verdad, justicia y no repetición.
El Gobierno del presidente Gustavo Petro ha asumido con responsabilidad el desafío de transformar el enfoque de la lucha contra las drogas, priorizando la vida y la recuperación y atención integral de los territorios más golpeados por el conflicto. Estas acciones no solo combaten las causas estructurales de la violencia, sino que son una respuesta concreta a las demandas históricas de las víctimas.
Por ello, desde la Unidad para las Víctimas hacemos un llamado a la comunidad nacional e internacional a reconocer los avances del país en materia de paz, justicia y reparación. Desconocer estos esfuerzos es una afrenta a las víctimas, a su dignidad y a la memoria de quienes han sufrido por décadas las consecuencias del narcotráfico y la guerra.
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Hoy, más que nunca, Colombia necesita unidad y respeto para continuar avanzando hacia la reconciliación y la construcción de la paz, en la que las víctimas estén en el centro de todas las decisiones.