Recordar, dice don Luis Alfonso Campo, es traer a la memoria eso que tanto se amó y eso que tanto dolió. Lo explica con lágrimas tímidas que no alcanzan a rodar, pero que asomadas revelan todo aquello que se remueve en su corazón cuando mira la colección de fotos que desde ahora acompaña una de las paredes de la escuela de su natal pueblo: El Líbano, corregimiento de Pradera.
El nombre completo y elegante de aquella galería que se sueña sea itinerante es ‘Recuerdos inolvidables de El Líbano’, y fue inaugurada este miércoles con la presencia de muchos de los habitantes de esta población, que tiene la condición de Sujeto de Reparación Colectiva debido a los daños sufridos de manera grupal por causa del conflicto armado.
De cajas, baúles, álbumes familiares y celulares fueron recolectadas, una a una, decenas de fotos que dan cuenta del antes y el ahora de esta comunidad, que en algún momento de su historia vivió la furia de la guerra por la presencia de actores armados ilegales como las Farc.
Amenazas, estigmatización, asesinatos, desplazamiento forzado, entre otros dolores, marcaron a este poblado de vocación campesina donde habitan cerca de 210 personas.
Don Luis Alfonso señala con el dedo las fotos que muestran cuando empezaron a abrir la carretera del pueblo y cuando ya por fin iban a poner la energía. “Las batallas de los liderazgos han sido durísimas aquí, porque todo nos ha costado trabajo. Pero este es un pequeño paraíso”, señala.
Norleiba Murillo evocó, en este sentido acto de inauguración de la galería, su camino para llegar a ser la presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC) y líder del Comité de Impulso de esta comunidad, tras siete años de no tener presidente luego del asesinato de quien ejercía esta tarea. Solo había llegado a una reunión en reemplazo de su papá, quien no pudo asistir, y terminó asumiendo una “pesada pero satisfactoria labor” que según sus propias palabras vale mucho la pena cuando se siente cómo la comunidad se ha ido fortaleciendo y saliendo adelante.
La galería fotográfica hace parte de las acciones contempladas dentro del Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC) de esta población como una de las medidas de rehabilitación. El corregimiento de El Líbano se encuentra sobre la Cordillera Central y a él se llega después de superar una empedrada y difícil carretera que entrega como premio final un paisaje de montañas, prados y neblina.
“Que la gente que nos visite y que las nuevas generaciones sepan lo que hemos pasado es muy importante. Este ha sido nuestro camino y todavía nos falta mucho por andar”, añade Luis Alfonso tras rematar que si debiera usar una sola palabra para describir a su comunidad usaría una que se ha puesto de moda y que para él es nueva: resiliencia, “que tiene que ver con esperanza y paciencia, con la fe de salir adelante”.
