132 mujeres indígenas de las comunidades Nasa, Emberá, Misak y Tama, sobrevivientes del conflicto y pertenecientes al Consejo Regional Indígena del Huila (CRIHU), participaron en el encuentro para el fortalecimiento de las capacidades organizativas, técnicas y culturales, que lideró la Unidad para las Víctimas en el resguardo Wakakallo de San Agustín.
El espacio se realizó con el propósito de reconocer las prácticas económicas propias lideradas por mujeres en los territorios del CRIHU, identificando sus fortalezas, dificultades y potencialidades, a través del análisis de sus iniciativas productivas y la proyección de acciones que impulsen su autonomía económica y territorial.
“Las mujeres indígenas del CRIHU desempeñan un rol fundamental en la sostenibilidad cultural, económica y social de sus comunidades. Sin embargo, muchas de ellas enfrentan barreras estructurales que dificultan su sostenibilidad. Por esta razón, hemos venido fortaleciendo los procesos político-organizativos para la pervivencia de nuestros pueblos milenarios”, aseguró Mónica Castaño Duque, directora territorial de la Unidad para las Víctimas en Caquetá y Huila.
Este encuentro inició con un momento de armonización espiritual que permitió conectarse consigo mismas y con el sentido profundo de la jornada. Posterior a ello, se realizó la presentación de asistentes, dando paso a un conversatorio en el que se compartieron saberes y se diagnosticó el estado de sus iniciativas productivas.
La experiencia se enriqueció con una feria comunitaria y una muestra artesanal que reunió la diversidad de las 33 regiones participantes. Finalmente, el cierre tuvo lugar en el Parque Arqueológico de San Agustín, donde una ofrenda de siembra a la madre tierra selló el encuentro con un acto de gratitud y renovación.
El Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) se unió a la jornada para dotar a las participantes de herramientas básicas en tecnologías, elaboración de proyectos de emprendimiento a través del Fondo Emprender, creación de contenido para redes sociales, producción orgánica ecológica, desarrollo de actividades turísticas, elaboración de derivados, transformación de productos y atención al cliente.
Merly Otavo, consejera de mujer y familia del Consejo Regional Indígena CRIHU, afirmó que “se evidenciaron todos los saberes que hay en nuestras mayoras en los diferentes territorios, varias mayoras participaron por primera vez. En este encuentro, también se dio cumplimiento a los diálogos de las mingas que hemos participado, se llenaron las expectativas que se tenían. Esperamos para el año entrante poder seguir tejiendo todos estos procesos y nos sigan apoyando desde la Unidad para las Víctimas, con toda la juventud, con todos esos aportes”.
La actividad se originó en desarrollo del Plan de Acción de la Dirección de Asuntos Étnicos de la Unidad para las Víctimas, como garantía de atención a las comunidades étnicas víctimas del conflicto armado en el departamento del Huila. Además, se realizó con el propósito de asegurar la preservación de saberes ancestrales y su transmisión intergeneracional, en el marco del componente de enfoque diferencial, y en cumplimiento del decreto ley 4633 de 2011, que reconoce las violaciones de los derechos colectivos e individuales de las comunidades indígenas a causa del conflicto.
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Con estas acciones, la Unidad para las Víctimas reafirma su compromiso con el proceso de reparación integral de las comunidades que conforman el Consejo Regional Indígena del Huila (CRIHU), mediante el fortalecimiento de sus prácticas económicas y culturales.