El pasado 5 de octubre, 243 sobrevivientes del conflicto armado acudieron a Villavicencio para recibir su carta de indemnización administrativa, lo que representa un avance significativo en la implementación de la medida de reparación individual para el departamento.
Víctimas provenientes de los municipios de Acacías, Cumaral, La Macarena, Mapiripán, Restrepo y Villavicencio recibieron alrededor 4.999 millones de pesos.
En la jornada, el director de la territorial de la Unidad para las Víctimas para Meta y Llanos Orientales, Andrés Dhujiah Aguilar Estupiñán, señaló que “es urgente reparar a las víctimas de nuestro país para poder avanzar en una Colombia en paz. Les agradecemos, porque gracias a ustedes estamos dando pasos hacia una sociedad que se reconcilia. Han tenido la paciencia, han tenido la entereza para haber soportado una serie de hechos que hoy el Estado reconoce y se apresta a entregar lo que corresponde a la carta de indemnización”.
El funcionario se encargó de la lectura de la carta de dignificación en la que el Estado le pide perdón a las y los sobrevivientes por los daños ocasionados por causa de un conflicto armado que nunca debió suceder.
Con fragmentos de esta misiva, se realizó la estrategia psicosocial en la que las y los asistentes plasmaron sus sentires y esperanzas de paz. También se brindó una charla de inversión adecuada de los recursos y antifraude.
Asimismo, las instituciones participantes socializaron la oferta que tienen para ofrecer a las víctimas. Se hicieron presentes Prosperidad Social, Capital Salud, la Organización de los Estados Iberoamericanos, el Sena, el ICBF, el Sisbén, la Alcaldía Municipal y la Gobernación del Meta.
Una de las víctimas indemnizadas fue Jorge Mora Cárdenas, quien vive en Villavicencio, pero nació en La Mesa, Cundinamarca. El beneficiario agradeció la “ayudita” y aseguró que invertirá el recurso en algún proyecto productivo o en una de las viviendas de interés social que está ofreciendo la Gobernación, si resulta beneficiado.
Por su parte, José de Jesús Rodríguez Torres, quien también recibió su indemnización, señaló: “Me siento conforme; me siento alegre, porque puedo al menos un lote para hacer un ranchito. Le doy gracias a Dios y a la Unidad para las Víctimas que me ha dado para poder vivir mis últimos días en mi ranchito propio”.
“En la Unidad para las víctimas cambiamos para servir”, con el objetivo de seguir trabajando en acciones de cara a la implementación de una política que contribuya a la superación de los rezagos, brinde una reparación transformadora y le permita a quienes han padecido el conflicto armado acceder efectivamente a sus derechos”.
