Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas
Historias de vida

Yesica Chindoy

El ejemplo de lucha de Yesica Chindoy contra las adversidades y la discriminación

Por: Jeanneth Espitia

Ni la avalancha, ni la pandemia, ni el paro han frenado los sueños de Yesica. Hace cuatro años perdió su vivienda durante la denominada avenida torrencial que afectó a cerca de 22 mil personas. Apenas hace un año empezaba a recuperarse de esa terrible tragedia que dejó más de 300 muertos, cuando se declaró cuarentena general por la pandemia.

Tener que cerrar su negocio, después de haber vuelto a empezar de cero, ocasionó un gran malestar para la economía de su hogar.

A lo largo de su vida ha trabajado en cocina, restaurantes, como vigilante, mesera, administradora de un hotel y ahora como estilista. Asegura que nada detiene su lucha por salir adelante. De sus ingresos dependen su mamá de 85 años, algunos hermanos y sobrinos a quienes trata de ayudar de manera desinteresada.

Tantos tropiezos le estaban ocasionando dolores de cabeza, no lograba completar lo del arriendo y su situación se hacía cada día más difícil. Sin embargo, sacó su casta de guerrera y empoderada, le puso el pecho a los problemas, entregó el local que no pudo continuar pagando y consiguió uno menos central, pero también más económico. Volvió a instalar su negocio, a donde llegan ocasionales clientes y con ello logra subsistir en el día a día.

Declaró como víctima pues la guerra tocó dos veces en su hogar. “Yo soy de Descanse, Cauca. Allá era muy jodido el conflicto armado, se peleaban mucho la guerrilla con el Ejército; a nosotros nos tocaba salir en medio de los tiroteos para allá y para acá”, asegura mientras recuerda los difíciles momentos vividos en su infancia.

Llegó a los 12 años al Putumayo para rehacer su vida, pero una vez más una tragedia le arrebató las ilusiones. “Yo tenía una peluquería en Puerto Guzmán. Me acuerdo tanto un domingo cuando mi hermano vino y me dijo que iba a trabajar de ayudante en una chiva; al rato la gente decía que habían matado al ayudante de la chiva, a Jorge Chindoy. Yo no sabía qué hacer, no podía creerlo”, dice con la voz entrecortada.

Con el tiempo decidió trabajar y luchar por los derechos de las víctimas no sólo de la comunidad LGBTI sino de quienes los rodeaban a ellos. Fundó la organización de víctimas ‘Unidas por un futuro mejor’, con el que hacían brigadas de peluquería y enseñaban el oficio desinteresadamente a personas necesitadas.

“Después logramos un encuentro de la población LGBTI a nivel nacional donde se trabajaron muchos temas por enfoques diferenciales y también se trabajó la política pública”, dice mientras recuerda que perteneció a la Mesa de Víctimas Municipal, Departamental y Nacional, gracias a lo cual viajó en avión por primera vez en su vida.

Al nacer recibió el nombre de Absalón Chindoy, pero al identificarse con el género femenino, desde niña, se reconoce y presenta como Yesica Chindoy. Muchas personas la han rechazado por tener orientaciones sexuales e identidades de género diversas, pero también muchos la han aceptado y prefiere quedarse con eso.

Hace unos meses su mamá recibió la indemnización por parte de la Unidad para las Víctimas: “con eso estamos creciendo pollos, pusimos una minitiendita y tenemos guardado para comprar un pedacito de tierra. Ella quiere su tierra para trabajar y cuidar animales, entonces la estamos buscando”, concluye.

 

(FIN/OJE/COG/PVR)