Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas
Historias de vida

Sorayda Ibarra

Cuando los Ibarra viajaron del Putumayo al Cauca para intercambiar saberes

Recibir un bebé, salvar una vida y montar en avión por primera vez son las cosas que más le han causado felicidad en la vida a Sorayda Ibarra. 

Ella es una de las 10 personas que viajó a Santander de Quilichao, en el Cauca, el fin de semana anterior en cumplimiento de la medida de rehabilitación incluida en el plan integral de reparación colectiva (PIRC) del consejo comunitario Villa Arboleda

La medida contemplaba un viaje de intercambio de saberes ancestrales en temas de cultura, política organizacional, medicina y gastronomía con los miembros del sujeto de reparación consejo comunitario Lomitas y San Miguel en el norte del Cauca.

Sorayda es madre cabeza de familia, vive con una sobrina y sus dos hijos, trabaja vendiendo ropa por catálogo o calzado. Estudió auxiliar de enfermería, pero hasta el momento no ha podido ejercer

De su esporádica labor como partera, recuerda que a los 30 años recibió capacitación por parte de su mamá, partera experimentada, y que la experiencia más gratificante fue salvarle la vida a un bebé que se estaba ahogando y le dio respiración para que naciera normalmente.

Asegura que a sus 35 años es la primera vez que monta en avión, cuenta que hubo un poco de turbulencia y se asustó mucho, pero cuando le dijeron que era normal se tranquilizó. Experiencia que repetiría sin problema.

En los recuerdos de Sorayda hay momentos que le han dejado gratas experiencias. El de este viaje es uno de ellos: “con este ejercicio nos integramos más con las demás personas, uno aprende cómo expresarse mejor y compartir distintas experiencias, esto era algo que se venía perdiendo, pero la Unidad nos ayudó a fortalecernos y a estar más pendientes el uno del otro”, dice emocionada.

Platos típicos, medicina y cultura

El presidente del consejo comunitario Villa Arboleda, Jaime Ibarra, enfatizó en lo que para él significó esta experiencia. Dice que teniendo en cuenta el plan de reparación colectiva de Lomitas y San Miguel evidenció que se tienen usos y costumbres similares sobre las plantas medicinales y la medicina ancestral, los platos típicos, la espiritualidad y sus buenas creencias y también su potencialidad en danza, música y poesía.

“La Unidad ha cumplido su papel, nos ha ayudado mucho para volver a tener confianza, para hablar ante un público sin inconvenientes, ahora se nos facilita más expresarnos y socializar”, puntualizó.

(FIN/JES/COG)