Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas
Historias de vida

José Rodufo Arciniegas

José Rodufo Arciniegas, un referente de superación en el Casanare

“Nací en Saravena, Arauca, pero fui criado en Norte de Santander, en un punto llamado el Alto de Santa Inés, ubicado en la vía que conduce de Saravena a Pamplona. De allí fuimos desplazados 1por los grupos al margen de la ley que operaban en esa zona. 

“Luego de estar viviendo en Tame Arauca, con 14 años de edad, me negué a ser parte de los grupos de la guerrilla que allí radican; por esa decisión fuimos atropellados mi hermano menor y yo, por estos mismos grupos.  

“Me fracturaron mis dos piernas, tuvieron que reconstruirme mi fémur izquierdo, y perdí uno de mis dedos del pie. Ahora solo me concentro primero en dar gracias a Dios porque estoy vivo junto con toda mi familia, y segundo porque estoy haciendo un trabajo muy importante con la comunidad a la cual soy parte y tengo a bien representar”.  

Así comienza el relato de José Rodufo Arciniegas, referente de superación en el departamento de Casanare. 

Veeduría de las Víctimas 

El entusiasmo que caracteriza a Rodulfo, líder de la Fundación Sembrar, ha opacado ese pasado rodeado de temor que acostumbra a dejar el paso de la violencia. Por decisión personal, empezó trabajo social en 2016 con la iniciativa de una veeduría departamental que hacía vigilancia a los proyectos de tierras, ayudas humanitarias, indemnizaciones y ayudas inmediatas a las víctimas. Sin duda, este fue un trabajo que lo llevó a vincularse con víctimas de los 19 municipios de Casanare. 

Según Rodulfo, fue una etapa de mucho aprendizaje: “como veeduría departamental de víctimas hicimos muchos documentos, derechos de petición, tutelas, requerimientos, etc. Todo esto nos llevó hasta la Procuraduría de Bogotá, donde nos dieron una lección: no nos traigan problemas, tráigannos soluciones.  

“Es así como decidimos cambiar como organización, empezamos a entender la dinámica de la manera más práctica de beneficiar y articular con las instituciones para apoyar a la población”, señala. 

En la actualidad, la Fundación Sembrar no la representa solamente don Rodulfo. Ahora son un equipo de trabajo junto a las familias vinculadas que adelantan la integración en la ruta de retornos y reubicaciones de la Unidad. Además, se encuentran adelantando un proyecto productivo en el que han venido trabajando los últimos 3 años y que está a punto de ser una realidad. De lograrse, serían 400 familias las que tendrán la oportunidad de mejorar su calidad de vida a través de un proyecto comunitario, que podría replicarse como experiencia exitosa en otras partes del país. 

Estos ejercicios y aprendizajes han permitido que este hombre tenga una visión diferente del trabajo social y comunitario:  

“Así como estamos las víctimas a nivel nacional, dispersos, jamás vamos a poder lograr reparación efectiva. Tenemos que organizarnos y plantear los proyectos de vida que queremos para nuestras familias”. 

Invito a todas las víctimas del territorio nacional a organizarnos, definir objetivos y comunidad; a hacernos visibles y no pelear con la institucionalidad. La institucionalidad cumple cuando uno se vincula al proceso”. 

“Como líder social, creamos un puente entre la institucionalidad y las víctimas”, asegura Rodulfo. 

(DMT/COG)