Un total de 909 indígenas, correspondientes a 336 familias, de las comunidades Emberá desplazadas y asentadas en Bogotá por la violencia, retornarán voluntariamente este fin de semana hacia sus resguardos en los departamentos de Chocó y Risaralda.
Ubicados en los alojamientos temporales UPI La Florida, UPI La Rioja y el Parque Nacional retornarán al Resguardo del Alto Andágueda y su traslado se realizará hasta la institución educativa interétnica Dokabú, vereda la Aguita, jurisdicción de Pueblo Rico, Risaralada.
Según Juan Manuel López, coordinador del grupo de retornos y reubicaciones de la Unidad para las Víctimas, este proceso de retorno voluntario es el resultado de diferentes acuerdos y concertación con los líderes embera de los tres mencionados sitios de Bogotá, con gobernadores de los resguardos unificados Chamí y Gitó Dokabú en Pueblo Rico, Risaralda, y Alto Andágueda en Bagadó, Chocó, y las administraciones municipales.
Cabe aclarar que del número total de indígenas Emberá que retornarán a 227 hogares (546 personas) son sujeto de acompañamiento por parte de la Unidad para las Víctimas, mientras que 109 hogares (358 personas), no son sujeto de acompañamiento por parte de la entidad.
El costo aproximado del traslado es de 2.000 millones de pesos que incluyen: transporte de los hogares, traslado de enseres, kits de hábitat, pago mular, ayudas humanitarias y apoyos a la sostenibilidad.
Aparte de la Unidad para las Víctimas, estarán acompañando el retorno entidades como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y organismos de control.
En la Unidad para las Víctimas “Cambiamos para servir” con el objetivo de seguir trabajando en acciones de cara a la implementación de una política que contribuya a la superación de los rezagos, brinde una reparación transformadora y le permita a quienes han padecido el conflicto armado acceder efectivamente a sus derechos.
