Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas

Las razones por las que la comunidad embera se ha asentado en Bogotá

Territorio, identidad cultural y gobierno propio: esos son los tres ejes de la propuesta que la Unidad para las Víctimas comenzó a desarrollar para garantizar el retorno sostenible de la comunidad embera asentada en la ciudad de Bogotá, con el fin de terminar una problemática que, así como lo aseguró la directora Patricia Tobón, es “mucho más compleja” y se vio materializada en los nueve meses que esa población estuvo en el Parque Nacional.

En medio de la intervención ante la Comisión Primera del Senado de la República sobre las acciones desarrolladas por la entidad para garantizar los derechos de los emberas, Tobón explicó cuáles han sido las diferentes razones por las que estas comunidades han tenido que salir de sus territorios y desplazarse hacia grandes ciudades como lo es la capital del país. 

Según dijo, los emberas han tenido que desplazarse por cuenta de la violencia desatada en medio del conflicto armado y muchos de ellos no han podido regresar a sus territorios debido a que hay presencia de grupos armados y “no se les ha garantizado su seguridad”.

“Son muchos los problemas que hacen que los emberas no retornen de manera digna a sus territorios. Uno de esos problemas es que el conflicto armado hizo mella en muchos asuntos distintos y en la comunidad embera, que es una comunidad semi nómada, hizo mella hace muchísimo tiempo y les generó también problemas internos”, afirmó.

Otra razón es que las comunidades no cuentan con servicios integrales del Estado en sus territorios y por eso dependen de grandes ciudades como Bogotá. “Hacer que tengan condiciones dignas en sus territorios garantizará un retorno sostenible. Si no hay un servicio integral del Estado, se seguirá presentando esta situación y que dependan de grandes ciudades”, resaltó.

La falta de vías terciarias, garantías de vivienda y desarrollo rural en los territorios donde viven los miembros de esta población fue otra de las problemáticas mencionadas por la directora Patricia Tobón. “Si estas comunidades no acceden a los programas de retornos con garantías para sus territorios, pues volverá a ocurrir lo mismo. (…) La intervención de la Unidad en los gobiernos pasados les llevó viviendas, pero el Estado no les ha hecho vías y hoy una comunidad que no tiene vías no tiene desarrollo”, agregó.

Tobón señaló que la dificultad para acceder a bienes y servicios básicos, la estigmatización y la falta de voluntad política son otros puntos clave para entender el porqué la comunidad embera se ha asentado en lugares como Bogotá. En medio de su intervención, cuestionó que la población ha sido estigmatizada al ser considerada como “un obstáculo para las ciudades” y que han sido pocos los esfuerzos para brindarles asuntos básicos como “agua potable, saneamiento y acceso a la justicia”.

“Esa es la reparación integral de facto e histórica que cualquier víctima del conflicto espera, pues no van a ser posibles unos retornos dignos. La gente no se quiere devolver porque el Estado no le cumple. Tienen desconfianza porque se les ha incumplido muchas veces”, afirmó.

¿Cuál es la propuesta para garantizar el retorno?

La Unidad para las Víctimas adelanta una propuesta para promover esfuerzos para la coordinación y cooperación que permitan el retorno sostenible de estas comunidades bajo esos tres ejes: territorio, identidad cultural y gobierno propio.

En cuanto al primer punto, la entidad prevé garantizar las condiciones de vida digna según la cosmovisión de los pueblos y comunidades étnicas, promoviendo la mejora de condiciones de agua, saneamiento y de las condiciones de habitabilidad según los usos y costumbres de cada comunidad.

Sobre la identidad cultural, la Unidad establece necesario preservar los usos, costumbres, prácticas, rituales y cosmogonía de esos pueblos, apoyando, entre otras cosas, las actividades artesanales propias y su promoción como actividad económica, así como impulsar el respeto de las comunidades y pueblos étnicos.

El tercer punto es fortalecer la capacidad de gobierno propio de la comunidad étnica, identificando y caracterizando los grupos y/o familias pertenecientes a la comunidad que se encuentran fuera del territorio ancestral y definiendo con las autoridades tradicionales las necesidades para el fortalecimiento de la Guardia y Justicia propia.

(Fin/GGA/RAM)