Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas

Desde Venezuela hasta Países Bajos, alrededor de 1.000 víctimas vivieron procesos de reparación integral en 2022

Tras 11 años de implementación de la política pública de atención, asistencia y reparación integral en Colombia, las medidas de reparación en su dimensión simbólica, psicosocial y material se expanden en el exterior. Este año se atendieron alrededor de 900 personas, incluidas en el Registro Único de Víctimas, y a cerca de 150 personas más que también sufrieron el conflicto y han enfrentado los rigores de la migración.  

Lo anterior ha sido el resultado de cuatro estrategias de reparación integral diseñadas por la Unidad para las Víctimas que se han implementado gradualmente en el exterior, en convenio con organismos no gubernamentales como el Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos (CISP), entre otros.

Este año, en el marco de la estrategia Cimientos, aproximadamente 263 víctimas accedieron a medidas de satisfacción, garantías de no repetición o rehabilitación a través de 17 iniciativas en las que la danza, el teatro, los títeres, el dibujo, el juego, la comida, la fotografía, el cine y el diálogo fueron algunos de los vehículos para emprender procesos de construcción de memoria, de transformación de las causas del conflicto y de rehabilitación emocional grupal.

Como lo comentó una de las participantes de la iniciativa “Conociendo las costumbres y saberes de Colombia”, en Zulia, Venezuela, “conocimos historias de personas que ni siquiera sabíamos, lo que generó lazos y momentos de encuentro, de unión”.

Al igual que ella, víctimas en Argentina, Bélgica, Canadá, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, México y Portugal también participaron en otras iniciativas de Cimientos, tales como el Festival de Cine Colombia Migrante, Repararte y Alternativas de Reconciliación.  

Entre tanto, en el marco de la estrategia Raíces, otras víctimas del conflicto participaron en nueve encuentros en los que dialogaron acerca de las herramientas personales y colectivas a su disposición para transitar por las heridas que han dejado el conflicto y la migración.

“Me ayudó a muchas cosas de nuestra vida, lo que hemos vivido; cosas que las tenemos guardadas, que no las hemos hablado por miedo… Que alguien escuche sin juzgar y tratar de ayudar… Me siento acompañada y apoyada”, expresó una participante de esta estrategia implementada en Ecuador, España y Costa Rica con cerca de 500 personas.

Paralelamente, 148 víctimas, con ideas de negocio para su sostenibilidad e integración en países de acogida, recibieron insumos para impulsar sus emprendimientos en Ecuador, Panamá y Costa Rica en el marco de la estrategia Semillas.

Según uno de los participantes: “Gracias a ustedes por su colaboración, no solo a mí sino a aquellos que lo necesitan y que realmente están en un país extraño tratando de salir adelante”.

Adicionalmente, 48 jóvenes, entre los 18 y 32 años, y cerca de 40 de sus hijas e hijos participaron de las sesiones virtuales y presenciales de la estrategia Koi en Chile y Ecuador y en sesiones virtuales en México, Panamá y Perú, en las que abordaron asuntos sobre la identidad y las memorias intergeneracionales del conflicto, así como el significado del liderazgo y la construcción de paz.

“La experiencia durante este proceso ha sido gratificante… Además, compartí con un grupo de excelentes personas que, al igual que yo, fuimos afectadas por el conflicto en Colombia”, dijo una de las participantes de Koi, en Ecuador.

Sumado a lo anterior, este año la Unidad para las Víctimas focalizó a 4.304 víctimas en el exterior para el pago de la indemnización administrativa, brindó atención psicosocial no presencial a 304 víctimas bajo la estrategia de rehabilitación Illa y acompañó la intención de retorno a Colombia de 604 personas, de las cuales alrededor de 200 retornaron efectivamente.