La trayectoria de Nawar Jiménez representa un ejemplo de resistencia, dignidad y compromiso con la transformación social en los Montes de María. Su transfeminicidio constituye una grave vulneración a su integridad, pero también a los procesos comunitarios de memoria, justicia y reparación que, durante años, han enfrentado con valentía el abandono institucional y las múltiples formas de violencia estructural.
La Dirección Territorial Bolívar y San Andrés, bajo el liderazgo de Lidy Ramírez Palencia, lamenta profundamente esta pérdida irreparable. Nawar fue una constructora de paz y una voz fundamental en la defensa de los derechos humanos. Su vida simbolizaba la fuerza colectiva de quienes han decidido convertir el dolor en motor de cambio. Su ausencia deja un vacío en uno de los procesos de reparación colectiva más significativos del país.
Hacemos un llamado urgente y categórico a las entidades del orden nacional, departamental y municipal, así como a la sociedad civil, para revisar de manera estructural e inmediata las medidas de protección y prevención orientadas a salvaguardar la vida e integridad de las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas.
La indignación debe traducirse en acciones efectivas. La memoria de Nawar nos convoca a exigir justicia, a garantizar la no repetición y a actuar con determinación frente a esta crisis de violencia motivada por prejuicios. Su legado no puede ser olvidado, ni su lucha desvanecida. Nawar merece justicia y el Estado tiene la obligación de brindar mucho más que condolencias: debe garantizar una vida digna y segura para todas las personas que defienden los derechos desde la diversidad.