La Unidad para las Víctimas avanza en la entrega de indemnizaciones en Buenaventura. En lo que va corrido de agosto, la entidad convocó a 1.215 personas para hacerles la respectiva entrega de sus cartas de indemnización. En total, los recursos destinados a esta medida ascienden a 13.625 millones de pesos.
Detrás de cada uno de las y los beneficiados hay una historia de valor y resiliencia, como en el caso de Gabriela* y Cornelia*, dos amigas y profesoras que acudieron juntas al llamado de la Unidad para las Víctimas para recibir sus indemnizaciones.
Cada una tiene en la sala de su casa, un taller de tareas para niños, niñas y adolescentes. Ahí les refuerzan lo visto en las clases, les proporcionan apoyo con los deberes escolares y hacen dibujos.
“Eso es lo que me llena, trabajar con niños. Les dedicamos el tiempo que a veces no tienen los papás y las mamás porque trabajan. Así que con el dinero que recibimos vamos a mejorar nuestra calidad de vida y a dotar esos talleres con cosas como un computador, impresora, hojitas y colores, porque hay niños que no tienen nada de material para trabajar”, dijo Gabriela.
Cornelia explica que en la mayoría de los casos no reciben pago por su labor y que lo hacen “porque hay que inculcarles responsabilidad a los muchachos y enseñarles que estudiar es importante”. “Los niños necesitan cuidadores para que no estén en la calle aprendiendo malos vicios”, agregó. Ambas se convirtieron en normalistas después de hacer parte de un proceso empírico con las escuelas populares y hoy cuentan con orgullo que algunos de sus exalumnos las abrazan con amor en la calle y les agradecen su dedicación.
La profe Gabriela realiza su misión con su propia cruz a cuestas. Además del desplazamiento que sufrió, relata con dolor que hace cinco años vio por última vez a su hijo “quien está desaparecido y aún permanece en mi alma”.
En las jornadas de entrega de cartas de indemnización fue aplicado el Programa de Acompañamiento Étnico (PAE), que trata sobre la importancia de la inversión adecuada de los recursos. Entre la información compartida en estos momentos se habló de los decretos ley étnicos (4633 y 4635 del 2011) y se entrega la carta de dignificación, a través de la cual el Gobierno reconoce y lamenta el daño vivido por las víctimas por causa del conflicto armado.
A propósito de la jornada, Rosiris Angulo, directora territorial de la Unidad para las Víctimas en Valle del Cauca, manifestó el compromiso que la entidad tiene con Buenaventura y su población víctima, con miras a la reparación integral. “Deseamos que estos dineros aporten al restablecimiento de muchos proyectos de vida que se vieron truncados por causa del conflicto”, expresó.
De acuerdo con el Registro Único de Víctimas (RUV) en Buenaventura el 61,2% de la población es víctima del conflicto armado, es decir, 194.688 personas.
*Los nombres de las víctimas fueron cambiados para efectos de seguridad.
En la Unidad para las Víctimas “Cambiamos para servir” con el objetivo de seguir trabajando en acciones de cara a la implementación de una política que contribuya a la superación de los rezagos, brinde una reparación transformadora y le permita a quienes han padecido el conflicto armado acceder efectivamente a sus derechos.
