Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas

‘Espacio Vital’, el negocio de uñas que Juana fortalecerá con la indemnización recibida

El pasado 8 de septiembre, la Unidad para las Víctimas convocó a más de mil cien personas en Cali, Valle del Cauca, para la entrega de sus cartas de indemnización, por un valor de 29.500 millones de pesos. Son cientos de historias de dolor, pero también de esperanza como la de Juana, quien recibió el impulso que necesitaba para fortalecer su negocio.

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Juana nunca olvidará el día de su cumpleaños número 38. Su esposo le dijo que los habían llamado a ambos para algo de la Unidad para las Víctimas, que seguramente era completar un trámite pendiente. Así que una vez despachadas las niñas al colegio, ese día tomaron el rumbo hacia una institución universitaria de Cali.

Solo después de hacer la fila y de escuchar la charla de un funcionario que les decía, que ese recurso no había llegado por gestión de nadie en particular, que no debían pagar coimas ni tramitadores, y así empezó a entender lo que pasaba. La indemnización administrativa llegó a manos de esta pareja como una total sorpresa.  

Fue entonces cuando se miraron desde los extremos del salón en donde los ubicaron y ella puso las manos en posición de oración.  “Yo decía, en mi mente: ¡Gracias, gracias, gracias, Señor! Bendice cada persona que está en este lugar. Esto es una esperanza”, relató Juana. 

Aunque no se lo esperaba, no tardó un minuto en saber qué invertirá la indemnización. Y su plan tiene nombre: Espacio Vital. Se trata del salón de uñas que migró con ella de Buenaventura a Cali, cuando sufrió el desplazamiento el 3 de junio del 2015. En el puerto de Buenaventura, el negocio estaba “parado y andando bien”, hasta que fue objeto de vandalización y vacunas por parte de grupos violentos. Entonces, con su esposo, una niña pequeña y otra en su vientre, se desplazaron a Cali a volver a empezar. 

Aunque su salón es pequeño, y ahora funciona con todo el ánimo que ella le pone en el sector del Poblado Campestre. Pero eso no es todo. Esta dulce caleña cuenta que en pandemia aprendió a hacer pasteles artesanales y que ese es otro filón de negocio que le sirve para salir adelante y que impulsarán como familia, gracias a la indemnización que ambos recibieron.

“Sueño con un horno grande, sueño con tener dos negocios divididos. La sala de uñas y a un ladito, donde se pueda sentar mientras espera, comer una deliciosa torta y tomarse una bebida”, dice con esperanza y contundencia. 

La historia de Juana es contada en una de las mesas donde se atiende a las casi 300 personas que se reunieron en Cali para la entrega de sus cartas de indemnización. En total, fueron contactadas 1.198 víctimas del conflicto armado recibieron esta medida de reparación.

En total, estos recursos suman un valor de 29.500 millones de pesos y se espera que, como en el caso de esta mujer y su familia, aporten a la reconstrucción de aquellos sueños y proyectos de vida afectados por la guerra.  

“Dios sabe, Dios oye y Dios ve. Mi corazón está rebosante de alegría”, expresó Juana. 

Resaltar el poder transformador de las víctimas del conflicto armado es una de las apuestas más importantes de la Unidad para las Víctimas. Seguimos trabajando para dignificarlas y reconocer su capacidad de cambiar las condiciones de vida de sus familias, comunidades y territorios; son las víctimas del conflicto armado quienes hoy deben tener la palabra, pues son quienes han dado segundas oportunidades y son el referente ético y moral para guiar al país hacia la Paz Total.