Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas

Así marcha la reparación a víctimas del conflicto armado de Machuca para resarcir daños

Cientos de habitantes del corregimiento Fraguas, de Machuca, en Segovia, conmemoraron el vigésimo cuarto aniversario de su peor tragedia: el atentado de la guerrilla del Eln conocido como “La quema”.

Volvieron a reunirse en una misa y marcharon luego al cementerio para visitar las tumbas de sus seres queridos asesinados, pero no olvidados. Y otra vez clamaron que una tragedia tan atroz como la ocurrida hace 24 años no se repita. 

Pasada la medianoche, sonó una trompeta para rememorar la hora en la que el 18 de octubre de 1998 un atentado con explosivos contra un oleoducto causó un derrame de petróleo en el río Pocuné. Sus aguas, convertidas en llamas, alcanzaron a cerca de un centenar de viviendas y acabaron con la vida de 84 personas que no alcanzaron a huir de sus casas y murieron quemadas. Otras se arrojaron al río, pero desaparecieron.

Sin embargo, esta conmemoración fue diferente a las anteriores. No solo rindieron memoria a sus muertos, sino que se valieron de su resiliencia y resistencia para sobreponerse a la violencia. Lo hicieron con jornadas culturales, un desfile guiado por las voces de las cantadoras afro y la develación de una obra de memoria histórica por las víctimas del conflicto armado.

El programa de reparación colectiva, coordinado por la Unidad para las Víctimas, ha contribuido a resarcir los daños causados por las guerrillas, grupos de autodefensas y bandas criminales durante el conflicto armado.

Los campesinos del corregimiento de Fraguas reconocen que la implementación de este plan ha contribuido a reconstruir los lazos comunitarios, las tradiciones y a sanar heridas.

Rosalba Uribe es una de las “tejedoras”, como son llamados los líderes que participan de la estrategia de rehabilitación psicosocial “Entrelazando”: “Estamos reconstruyendo el tejido social que dañó tanta violencia y, además, fortaleciendo a nuestra comunidad”.

También reconoce la recuperación emocional con acciones como “el acto simbólico en el cerro de La Cruz, donde fue el atentado que causó “La quema”. Allí sembramos árboles para que crezcan al pie de la cruz como símbolo de paz”. 

Como parte de los duelos colectivos “también recorrimos los sitios donde ocurrieron los hechos victimizantes y en memoria de líderes asesinados, las masacres y los desplazamientos forzados que dejaron el corregimiento casi solo en 2012”.

Otra líder, Maribel Agualimpia, resalta las medidas reparadoras como el “fortalecimiento de los liderazgos, la convivencia y la dotación parcial del centro comunitario” y obras que se implementarán como proyectos productivos agropecuarios, piscícolas, adecuación de la cancha polideportiva y el apoyo a los grupos deportivos y culturales. 

Acciones con enfoque afro

La Ruta de reparación colectiva también beneficia a cerca de 900 habitantes de las comunidades afrocolombianas de las veredas El Cristo, Mata, El Cenizo y zona urbana de Machuca.  

Tras evaluar los daños ocasionados a pobladores, territorio y prácticas sociales y culturales, en la actualidad se conciertan y diseñan con la Unidad para las Víctimas las medidas de un Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC).

Según líderes como John Jairo Robledo, además del atentado terrorista del Eln en 1998, “sufrimos homicidios, desplazamientos forzados, desapariciones, confinamientos, violencia sexual y pérdida de tradiciones por la disputa de los grupos armados”.

Por eso, la formulación de las medidas de indemnización colectiva, rehabilitación, restitución, satisfacción y garantías de no repetición, será un gran aporte para que la comunidad se fortalezca organizativamente, tal y como lo indica Robledo: “Vamos a priorizar la compra de tierras para desarrollar proyectos productivos agropecuarios y conservación de nuestra identidad cultural”.

Así mismo, a través de la reparación colectiva se espera contribuir a la recuperación de tradiciones como la medicina ancestral, la gastronomía, los alabaos y la Fiesta de las Negritudes. Además, en la adecuación y dotación de casas de gobierno y canchas en las veredas, la formación en derecho internacional humanitario y solución de conflictos, como la demarcación de sitios de memoria relacionados con el conflicto armado y la resistencia de sus habitantes.

La directora territorial de la Unidad en Antioquia, Claudia Patricia Vallejo Avendaño, explicó que con estas comunidades, conformadas por cerca de 2.000 personas, se “aplican enfoques diferenciales como el étnico, para implementar medidas de reparación colectiva concertadas que respondan a sus necesidades, partiendo de sus usos y costumbres y, así puedan recuperarse de los daños y derechos vulnerados por hechos victimizantes que no deben repetirse, como la masacre ocurrida hace 22 años”.

En Segovia, la Unidad para las Víctimas ha invertido un total de $23.170 millones de pesos para la reparación y Ayuda Humanitaria a sobrevivientes del conflicto armado, incluidas 3.092 indemnizaciones individuales.

(Fin/JCM/COG/RAM)