Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas

Comunidad de Choromandó celebra su plan de reparación

Por el conflicto armado, los indígenas de la comunidad de Choromandó vieron en peligro su supervivencia, su territorio ancestral y su cultura embera. Por eso la mezcla de dolor, alegría y esperanza en sus miradas y rostros maquillados tras conocer en su propia lengua el Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC) para resarcir tantas pérdidas y destrucción. 

“Los grupos armados nos causaron mucho daño. Nos mataron líderes importantes, nos hicieron desplazar de nuestras tierras ancestrales, saquearon las casas y perdimos las siembras de cacao, plátano, chontaduro y nuestra organización”, relata el líder y consejero Omar de Jesús Domicó sobre los hechos victimizantes perpetrados por la guerrilla de las FARC y grupos de autodefensas en esta zona del resguardo Monzhomandó, en Dabeiba.

Homenaje a un líder

En el cabildo indígena de este municipio antioqueño, casi un centenar de indígenas escucharon en español y su propio idioma las medidas de indemnización, restitución, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición, mediante 20 acciones protocolizadas en el plan concertado con la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas y avalado por el Ministerio del Interior. 

Allí participaron en una ceremonia de armonización y rindieron un homenaje póstumo con baile tradicional a la más reciente víctima de la violencia: Socio Fernando Domicó. 

Este líder social, asesinado hace 20 días en Dabeiba, fue recordado como “el alegre del pueblo, músico, educador y uno de los gestores, guía y traductor entre los funcionarios de las entidades y la comunidad de Choromandó durante todas las fases del plan.

Su hermano Omar de Jesús reconoce que “se puso al frente y recopiló lo que ocurrió y como profesor nos enseñó y sin él este plan no se daba y por eso le agradecemos. Él se fue, pero nos dejó un proyecto muy bien formulado”.

Durante la fase de caracterización se identificaron las víctimas y los daños colectivos ocurridos desde 1997 por bombardeos, asesinatos selectivos de líderes, desplazamientos forzados, violencia sexual, confinamientos, reclutamiento forzado de menores, accidentes con minas antipersonal, entre otros.

Esos tiempos difíciles los sufrió la exgobernadora de Choromandó, Berenice Domicó. Entre su niñez y adolescencia “nos tuvimos que desplazar todos a otros municipios porque había bastante grupos armados y cuando regresamos ya todo estaba destruido; los animales y cultivos no estaban y las casas, las escuelas y las canchas las perdimos”.

Recuperación de bienes y tradiciones embera

Por eso, entre las acciones más importantes del plan está una indemnización colectiva por 270 millones de pesos que, según Berenice, invertirán en compra de tierras porque “queremos ampliar nuestro territorio para vivir mejor con nuestras familias y recuperar cultivos tradicionales que teníamos antes de que llegara el conflicto armado, como chontaduro, cacao, plátano y los animales”.

También la emociona que “las mujeres vamos a tener un taller de modistería para trabajar y también una escuela de gobierno propio para preservar nuestra cultura ancestral”. 

Recuperar, conservar y transmitir a las nuevas generaciones sus tradiciones es una prioridad vital para los indígenas de Choromandó.  La lideresa explica que “por los desplazamientos y los grupos armados dejamos de usar nuestros vestidos, la pintura corporal y no podíamos hablar en nuestra propia lengua, porque creían que estábamos planeando en contra de ellos”.

Los emberá también destacan las acciones enfocadas en el fortalecimiento del autogobierno, la rehabilitación sicosocial y la reconstrucción y dotación de dos canchas deportivas, dos casetas comunitarias y las dos escuelas. 

Las prácticas y escenarios deportivos se dedicarán en memoria de Miguel Barrientos, una de las víctimas más recordadas por todos. Este líder indígena y aficionado al deporte fue asesinado por un grupo ilegal y, su cuerpo desmembrado, arrojado al río que atraviesa el resguardo.

Por crímenes atroces como este, otra de las acciones reparadoras serán los rituales “jaure shareita” para la sanación de lugares sagrados como varios cerros, nacimientos de ríos y el cementerio. Las guerrillas, los paramilitares y el Ejército instalaron sus campamentos y se enfrentaban cerca de esos sitios.

Según el director territorial de la Unidad para la Reparación a las Víctimas, Wilson Córdoba Mena, “Choromandó es la primera comunidad de la etnia embera eyabidá en Antioquia que implementará en los próximos tres años un plan de reparación colectiva con un enfoque diferencial étnico para reconstruir lo que perdieron por el accionar de los grupos al margen de la ley”.

Además, indicó que “tendrá una inversión por parte de la entidad de 3.500 millones de pesos y le apunta a reconstruir el tejido social y a mejorar las condiciones de vida de 320 indígenas que allí habitan”.

El Registro Único de Víctimas incluye a 522.659 indígenas en Colombia y, de estos, 453.354 participan en los diferentes procesos de atención y reparación de la Unidad para las Víctimas.  

Fin/JCM/COG