En la finca Catalina de Osaka, municipio de Carepa, a través de una ceremonia litúrgica y un minuto de silencio, alrededor de 100 trabajadores bananeros se convocaron para honrar la memoria de los 11 compañeros labriegos que perdieron la vida en este hecho violento, atribuido al quinto frente de las desaparecidas FARC.
El evento, que contó con la asistencia del sindicato de trabajadores bananeros (Sintrainagro), se realizó en las primeras horas de la mañana, con el objetivo de hacer coincidir el homenaje con la fatídica hora de ese 14 de febrero de 1996, que como recuerdan algunos de los sobrevivientes, sobre las 6:30 de la mañana se acercaban a sus labores cuando fueron sorprendidos por hombres armados quienes los llevaron al fatal desenlace.
“Para mi la conmemoración de este hecho significa mantener viva la memoria de mis compañeros, especialmente la de mi señora. Con este hecho que hoy estamos conmemorando estamos visibilizando las víctimas de esta masacre y el mensaje nuestro hacia las otras comunidades, hacia el país entero, es que anhelamos que actos como este no ocurran jamás en otros pueblos, en otras ciudades, en toda Colombia”, expresó Humberto Moreno, representante de ‘Memorias que renacen’.
Este movimiento, surge a partir de los diferentes relatos, fotografías, vivencias que durante años guardaron de sus familiares, “Memorias que renacen es un proyecto que recopila esos momentos duros que tuvimos que vivir por el conflicto armado, el cual desintegró muchas familias. Hoy podemos contar con el acompañamiento de las instituciones, para nosotros ha sido de mucha de importancia”, narró Julio Pantoja, uno de los pioneros de esta iniciativa.
El evento les permitió reencontrarse y sentar las bases como sobrevivientes de los rumbos que tomarán como organización ante la institucionalidad, aunque conscientes que la reparación no les devolverá a sus compañeros, tienen la certeza que a partir de estos acercamientos podrán hacerse más visibles ante el Estado y enrutarse hacia la reparación integral.