Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas

Organización de mujeres campesinas víctimas del conflicto viajará a China para capacitarse en cultivo de hongos

frutiorgania

Janeth Celis, en representación de la organización ‘Frutiorgania naturalmente’, integrada por mujeres víctimas del conflicto armado, viajará a la República Popular de China para capacitarse en el cultivo de hongos.  La Unidad para las Víctimas ha acompañado este emprendimiento con sabor a campo y propósito de paz.

Cuando Janeth Celis fue desplazada de Putumayo en el año 2001 solo pensaba en buscar un lugar seguro para ella y su familia, y reconstruir el proyecto de vida que la guerra le había arrebatado. Llegó a Bogotá con un pedazo de tierra en sus manos y los conocimientos que como mujer campesina tenía. Hoy, 22 años después, saldrá por primera vez de Colombia, viajará a China, donde se capacitará en el cultivo de hongos para fortalecer la organización ‘Frutiorgania naturalmente’, la cual lidera junto a 12 familias víctimas del conflicto armado.

Esta mujer campesina que recorrió más de 500 kilómetros desde la vereda El Águila en Puerto Asís, Putumayo, para llegar a Bogotá, sabía que en sus manos estaba la esperanza de volver a sembrar una nueva vida porque en sus plantas y cosechas había encontrado la manera de sanar. “Esto le quita a uno cualquier estrés, depresión, mal genio que uno tenga. Esto da alegrías”, expresa.

La misma alegría que sintió cuando se enteró que estudiaría el ‘Seminario de Aplicación de la Tecnología Juncao para Colombia’ en la Universidad de Agricultura y Silvicultura de Fujian en China, gracias al acompañamiento de la Unidad para las Víctimas y la alianza entre la Embajada de China en Colombia y la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia.

Andes

Durante 15 días, esta mujer emprendedora estará en el continente de Asia, aprendiendo sobre la industria de los hongos y sus beneficios para reducir la pobreza en agricultores locales, resultado de la tecnología de Juncao en Ruanda, Fiji y otros países. Para ella: “ir a China representa ir al otro lado del mundo. Es la oportunidad de ir a aprender y adquirir conocimientos para enseñarle a mis compañeras y a todas las personas que quieran cultivar hongos en sus casas o espacios pequeños la importancia de tener una seguridad alimentaria”.

Es así, como Janeth representará el poder transformador de miles de víctimas del conflicto armado, quienes han creado iniciativas que hacen memoria sobre sus territorios para avanzar en la consolidación de nuevos futuros posibles en paz y con justicia social.

Bogotá y Putumayo, dos territorios en el corazón de Frutiorgania

Bogotá, no ha sido ajena al conflicto armado de Colombia, siendo una ciudad receptora y expulsora. En los imaginarios de la sociedad se configura como un territorio refugio donde es posible reconstruir los proyectos de vida. Según el Registro Único de Víctima, en la capital hay 354.760 personas que han sufrido la guerra.

En el departamento de Putumayo, fronterizo con Ecuador y Perú, ha vivido algunos de los episodios más violentos del conflicto armado en Colombia. Según el Registro Único de Víctimas, en este territorio están registradas 156.302 víctimas del conflicto armado, las cuales representan el 41.8% del total de la población. El desplazamiento forzado ha sido el hecho victimizante de mayor incidencia con un total de 144.616 personas afectadas.

La Unidad para las Víctimas cuenta con once puntos de atención y centros regionales de atención en Bogotá y Cundinamarca, y ocho en la Amazonía, donde las personas reciben atención orientación y acompañamiento para que las víctimas del conflicto accedan a la oferta estatal y así facilitar los requerimientos en el ejercicio de sus derechos a la verdad, justicia y reparación integral.

Frutiorgania, un emprendimiento para la paz

Hace 15 años, cuando Janeth Celis, inició estudios de agricultura urbana, cultivo de hongos y comestibles en el SENA surgió la idea de crear “Frutiorgania naturalmente”. Con el pasar del tiempo más mujeres se fueron sumando a este emprendimiento que siembra orellana, portobello, champiñón, cúrcuma, espárragos, shitake, ají gourmet, jengibre y mazorca baby, la cual cultivan en San Bernardo, Cundinamarca.

También, ha sido fundamental el apoyo de la iniciativa Familias Resilientes del Conflicto Armado – FRESCA-, coordinado por la Fundación Suiza, la cual instaló una huerta hidropónica en la terraza de la casa de Janeth en Kennedy.

La cosecha recogida en la provincia de Sumapaz y en su casa al sur de Bogotá, es comercializada en algunos restaurantes y en los espacios de fortalecimiento y comercialización de emprendimientos generados por la Unidad para las Víctimas.

Resaltar el poder transformador de las víctimas del conflicto armado es una de las apuestas más importantes de la Unidad para las Víctimas. Seguimos trabajando para dignificarlas y reconocer su capacidad de cambiar las condiciones de vida de sus familias, comunidades y territorios; son las víctimas del conflicto armado quienes hoy deben tener la palabra, pues son quienes han dado segundas oportunidades y son el referente ético y moral para guiar al país hacia la Paz Total.