Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas

‘No existe el olvido’, la serie de cinco cortos que narran la violencia en San Onofre y Ovejas

La serie fue producida por el Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia (CNMH), contó con la validación de 50 víctimas del conflicto armado y el acompañamiento psicosocial de la Unidad para las Víctimas y otras organizaciones.

Mujuer exponiendo con proyector videobean a grupo de personas de San Onofre

En la Casa Cultural de San Onofre, Sucre, se encontraron 50 lideresas y líderes oriundos de estos municipios, para validar el contenido de cinco cortos documentales que narran la violencia acontecida en esta zona del departamento, desde los años 90 y hasta el 2012, una vez entró en vigor la Ley 1448 de 2011, mejor conocida como Ley de Víctimas y Restitución de Tierras.

Al final de la jornada, la comunidad asistente avaló que el nombre de la serie fuera “No existe el olvido”, porque abarca gran parte del objetivo con el que se abordó este proceso de recuperación de la memoria comunitaria para dignificar a quienes ya no viven como consecuencia del conflicto armado.

La serie documental fue liderada por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), y contó con el acompañamiento psicosocial de la Unidad para las Víctimas, focalizando el apoyo al desarrollo de las entrevistas a cada uno de quienes participaron testimonialmente en este proceso.

También participó el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), junto al Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, quienes hicieron un acompañamiento técnico al proceso de validación del contenido.

Esta serie documental se da en cumplimiento de una medida cautelar ordenada por la Justicia Especial para la Paz (JEP), en el Auto TP-SA 767 de 2021.

Grupo de personas sentadas en un espacio de la casa cultural de San Onofre

José Moguéa, Candelaria Barrios, Adriana Porras, Carmela Barboza, Carmelo Agámez, Luis Manuel Berrío, Norlys Herrera, Emérita Meza, o Albertina Baena, entre otros, son algunos de los rostros y voces que dan veracidad al contenido de esta serie, porque son una parte de los protagonistas de una historia violenta, en calidad de víctimas del conflicto, que quieren visibilizar ante la sociedad que no han sido ampliamente escuchadas, que esta historia no se conoce completa y que el fin es que nunca se repita la atrocidad de la guerra.

Nárcido Silgado, oriundo de la finca La Alemania, es otro de esos liderazgos en el territorio con los años suficientes para haber registrado con lucidez todo lo sucedido. Silgado sabe que lo importante de este proceso es ver en al pasado como ese puente que hay que conocer y divulgar, para alejarlo, como él mismo dice: “Vivimos cosas muy graves en La Alemania, pero aquí estamos deseando que se dé esa paz tan anhelada”.

Y es que cuando Nárcido habla sabe bien de qué está hablando, no solo de lo que pasó, o aún pasa en el territorio, sino de los que ya no están para contarlo: “Hemos perdido muchos compañeros y compañeras en este camino; pero bueno, podemos agradecer el acompañamiento del Centro de Memoria Histórica, la Unidad para las Víctimas y el Movice, porque intentan ayudarnos a sobrellevar esta carga.”

Foto de Nárcido con sombrero y mochila

Los cinco cortos

En el primer episodio de la serie se cuenta por qué San Onofre y Ovejas, como municipios, fueron y son tan relevantes para el conflicto armado y sus actores en la región, y cómo sus comunidades rurales, campesinas y étnicas, han sido moneda de cambio.

El segundo episodio se centra en el corregimiento de Rincón el Mar, en San Onofre, Sucre, y cómo el terror se apoderó de sus pocas calles y rincones; un relato desde sus habitantes que evidencia el contraste de una tierra con belleza sin igual pero muy golpeada por diversos hechos victimizantes.

El siguiente aborda el ampliamente conocido caso de la Hacienda El Palmar, que fue la base de operaciones de Rodrigo Mercado Peluffo, alias Cadena, comandante del Bloque Héroes de los Montes de María de las Autodefensas Unidas de Colombia, un lugar desde donde se gestaron las masacres de Macayepo, El Salado, Chengue, Chinulito, hechos conocidos como “La ruta de la muerte”.

El penúltimo capítulo es acerca del caso de la finca La Alemania y por qué fue tan relevante que el país empezara a conocer lo sucedido en este territorio, así como la mezcla entre diferentes actores armados en perjuicio de civiles campesinos.

El quinto y último, trata de la desaparición forzada, la ocurrencia de otros hechos victimizantes como el desplazamiento y el abuso sexual violento a la población campesina, indígena y afrodescendiente, sobre todo, incluyendo jóvenes y niñas, que marcaron la historia de vida de muchos.

En la Unidad para las Víctimas “Cambiamos para servir” con el objetivo de seguir trabajando en acciones de cara a la implementación de una política que contribuya a la superación de los rezagos, brinde una reparación transformadora y le permita a quienes han padecido el conflicto armado acceder efectivamente a sus derechos.