Luego de un diagnóstico del Observatorio Grupo de Enfoques de Género de la Unidad para las Víctimas realizado en Ecuador, Panamá, Venezuela, Costa Rica, Chile, España y Estados Unidos, se analizó la condición de vida, con información hasta 2018, de los hogares y la conformación familiar de los grupos en donde hay jóvenes víctimas en el rango de 18 a 28 años.
De acuerdo con ese reporte, el desplazamiento forzado registrado en ciudades como Cali, Bogotá y Tumaco, fue el principal motivo de migración expresado por algunas víctimas jóvenes de los hogares del exterior consultados.
Se estableció que de las 291 encuestas realizadas, en 250 ocasiones, las afectaciones que han sufrido en su nueva condición de vida tienen que ver principalmente en lo psicológico, daños a los vínculos familiares, a las relaciones sociales y a los ingresos.
El estudio indica que de 291 hogares analizados, solo 170 conservan en la actualidad su conformación original, es decir, como vivían en Colombia.
Sobresale también que 71 hogares de jóvenes víctimas en el exterior residen en el sector rural del país al que llegaron y que 219 más están en las zonas urbanas. Igual, se identificó en 170 encuestas respondidas, que el 59 por ciento de las familias viven en arriendo y el 18 por ciento, en casa propia.
De acuerdo con lo indicado en los hogares con presencia de jóvenes, la mayoría gozan de independencia económica, si se considera que en 158 casos no reciben dinero de sus familiares en Colombia: viven en países de habla hispana y tienen acceso a mejores condiciones económicas.
El reporte demuestra que 137 de los hogares con refugiados colombianos jóvenes, han tenido dificultades económicas para documentación y permisos y dificultades para encontrar un empleo.
Adicionalmente, se concluye que los ingresos mensuales no cubren la necesidad mensual del 54 por ciento de las 170 personas consultadas, pero se advierte que su condición mejoró desde su salida de Colombia.
(Fin/AMA/LMY)
