Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas

En Puerto Rico, los cabildos indígenas participaron de espacio para la reparación espiritual y territorial

La Unidad para las Víctimas promovió el encuentro de resguardos indígenas Nasa y Pijao en Puerto Rico, Caquetá en relación con la implementación de la política pública de víctimas con enfoque étnico.

Encuentro de reparación Puerto Rico, Caquetá.

En la Casa del Pensamiento Nasa de la asociación de cabildos indígenas de Puerto Rico en Caquetá, se realizó el encuentro de pueblos originarios denominado Semillas de vida, caminos ancestrales para la protección territorial’, propiciado por la Unidad para las Víctimas, y en el que participaron 15 lideresas y líderes de los pueblos Nasa y Pijao, entre ellos, tres autoridades espirituales.

La actividad tuvo un componente de fortalecimiento comunitario con enfoque de derechos, territorial y diferencial en el marco de la implementación de la política pública de víctimas para las comunidades indígenas.

En el diálogo se destacó la reparación espiritual como columna vertebral, la importancia de los sitios sagrados para la protección de la vida y de las plantas tradicionales para potenciar el cuidado territorial; además, se generaron recomendaciones de los sabedores sobre comportamientos personales que como complemento de las prácticas tradicionales para prevenir afectaciones individuales y colectivas.

“La actividad estuvo enmarcada en la reparación espiritual y del territorio como víctima de este conflicto que ha venido pasando, se dio la orientación desde la importancia de la parte espiritual, lo que tiene que ver con la medicina tradicional en el proceso de reparación a las víctimas; a veces se tienen en cuenta solo las cosas materiales, pero se deben tratar las afectaciones en el tema cultural, la muerte de personas, el desplazamiento de familias, las amenazas, que afectan el equilibrio y la armonía de la comunidad”, aseguró el líder de la Asociación de Cabildos Indígenas Asothewala, Marino Ijaji.

“Fue una actividad muy buena, porque, a veces, tenemos esas falencias en el territorio, entre los mismos médicos tradicionales, entre los mismos líderes. La última noche estuvimos dialogando sobre cómo articular los procesos de la medicina tradicional, como limar asperezas y se pudieron encontrar muchas soluciones”, agregó.

Pese a no tener a todos sus integrantes inscritos en el Registro Único de Víctimas (RUV), las comunidades participantes, provenientes de Solano, Puerto Rico y Florencia, Caquetá, hacen parte de los procesos desarrollados por la Dirección de Asuntos Étnicos de la Unidad para las Víctimas, propendiendo por su saneamiento frente a los hechos que violentaron a las personas y al territorio, como garantía de reparación hacia la para la no repetición.

Resaltar el poder transformador de las víctimas del conflicto armado es una de las apuestas más importantes de la Unidad para las Víctimas. Seguimos trabajando para dignificarlas y reconocer su capacidad de cambiar las condiciones de vida de sus familias, comunidades y territorios; son las víctimas del conflicto armado quienes hoy deben tener la palabra, pues son quienes han dado segundas oportunidades y son el referente ético y moral para guiar al país hacia la Paz Total.